viernes, 29 de junio de 2012

Anibal Paz - Santa Rosa, La Pampa, Argentina.

Paciencia

Todo lo simbólico fue un atropello
pensar que existe espíritu es un atropello
forzar la desaparición de la sombra fue un atropello
ser tullido en este barrio de sufridores atropella
esperar y ver como pasa el tiempo en esta oficina de envíos masivos,
y definir que sonrisa te dibujaré en la mañana
mientras llego sucio del trabajo me fue un atropello.
llamar a la desesperación por su nombre
en medio de actos aberrantes y sin sentido
mientras la chusma merodea hambrienta
mostrando miseria en la calle con dientes filosos de gloria muerta
es un hastío de atropello
ser curioso, ocioso, oportunista, vouyerista y carnavalista obsceno
es ser un atropello humanamente incalificado
fabricar ladrillos de barro para la nobleza fue un atropello, pero ya no.
Imaginarse, verse desde arriba y mentirse: ni hablar. Muy atropello.
Revolotear, creer y reventar con acuse de recibo en mano
y permanecer mojado por una tormenta de licor
eso atropella atropella atropella....
ya no quedan tiempos de poiesis griega natural
porque ya no nos queda paciencia
no queda otra que peregrinar hasta cruce de ruta más cercano
y sentarse sobre el fango, entre las vacas
y aguardar alli hasta entender
que no somos nosotros los que juzgan
no somos nosotros los que esperan
Paciencia Oh Hermano!
Nada se produce hasta que llega el momento justo. 






En pos de la revelación

una insignia bordeada de espuma
acabó en la marea por desbordarse
mientras los pájaros sobrevolaban la costa
intentando desplumarse
en rasantes vuelos unos a otros
sobre todos los muros inmóviles
quejaba una imagen de virgen pulcra
una revelación mundana
impidiendo nuevos desbordes místicos
los ojos hinchados de tanta sal
impedían al verdugo ver e intimidarse
por haber captado por primera vez
las puertas invisibles del rey sol
como un enorme montón de letras
que se aplastaron en los innumerables siglos
de lenguaje coloquial y binario
la ráfaga danzante y cálida
nos sorprendió sordos, indiferentes y toscos.

pero lo oscuro se hizo forma en nuevas voces
y mástiles nacieron por las venas mullidas
de una párida tierra oculta y pretensiosa
que supo cómo llenarse por dentro de hielo
para parecer más y sufrir menos





Halo bestia.

Representación sobre representación
¡Qué difícil vivir así m´hijo!
Dándole comida todo el tiempo al monstruo
para que luego se vuelva contra ti y no te deje ver.

Representación sobre representación
¿Es así como intentas calmar el hambre?
¿Arriesgándolo todo por el fantasma?
¿Quién te alimentará cuando caiga la pintura?

Representación sobre representación
Ahogándote en tus sueños, tan profundos y profusos
del signo maquinal, solo que un día despertarás
y fulminantemente obtendrás
un vertiginoso pánico de humanos.

Representación sobre representación
Deja ya de ser pobre y corta ese llanto seco y sediento
Nutre tu alma dispuesta: quien vive otorga realidad,
quien sacude el polvo moja la tierra…

Realidad es: un ermitaño orfebre
de uñas sucias y calva brillante,
que cada vez que se rasca la mollera
pierde sus brillantes soltando sus opacos.

Representación sobre representación
Nada más para esta función.


El amor en las palabras

El lenguaje se hizo hermoso,
fue poderoso en la mañana
espeso mientras bebía
dilatado cuando dormía.
se hizo abrupto con el académico
y abrumador con ese otro inentendible.

El lenguaje se conservó en mi piel,
como en aquellos días
en que bebía leche en bombilla;
Días que la duda previa me alertaba,
como si el gesto correcto
pronunciara lo viable.

Las palabras viajan despacio,
no por el aire, sino por las venas.
no en las letras, sino en tus manos.
no en la esencia, sino en la escena.

Y así comprendí un buen día,
que mis elementos
son los mismos que los tuyos,
y allí me cerró la bola,
el lenguaje somos nosotros. 


Oda del desierto escrita por mis antepasados y por mí

¡Que te extirpen los indios!
Espero que te destripen bien a fondo
y que te sacudan los tobillos
con sus hondos gritos sepultares.

Te va a doler, eso te va a doler, como una macumba ennegrecida.
Te va a estirar la piel como una esterilla ensangrentada.
Te va a sangrar la boca, pero tú seguirás peleando,
batallarás como si fueras uno de los suyos.

Tu pecho se inflará, y, empujado por el alma, estarás erizando los bellos.

Los lanceros te harán sangrar por el cuello y morirás rengueando.
Galoparán en el desierto y quedarás tirado en el vasto páramo,
viendo como la nube de polvo se desvanece y desaparece.

Se irán llevando con ellos el grito salvaje.
El mismo que ahora conociste
gracias a la muerte, al sufrimiento, al dolor
y al coraje que aparecen cada vez que se pelea.
Ahora te queda un silencio calmo,
imprescindible para descansar.

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