jueves, 29 de marzo de 2012

David Garrido Navarro

NO TEMAS POR LA CALLE



Un hombre y una mujer caminan al atardecer por la callejuelas del casco antiguo. Él pasa de los sesenta, viste gabardina marrón clara y pantalones de pinzas. Ella debe tener algunos años menos, y aunque lo intenta, no consigue disimularlos del todo. Viste abrigo de piel negro y falda de tubo, y los tacones de aguja de sus zapatos golpean los adoquines mojados resonando como picotazos de pájaro carpintero sobre madera hueca. Giran una esquina y ambos se paran frente a un escaparate. Lo comentan y tras unos segundos reanudan la marcha. La ciudad brilla húmeda bajo las farolas recién encendidas. Llegan a una plaza donde los jóvenes se congregan en grupos dispersos. Se oyen gritos y risas mientras, de fondo, alguien toca los bongos.
-Vamos, anda rápido, que este sitio no me gusta nada...
-Míralos, míralos, es lo único que saben hacer, beber y fumar porros...
Ahora andan deprisa; tanto, que cruzan la calle sin mirar a un lado y a otro y un coche esta a punto de llevárselos por delante. Él pone la mano sobre el capó, como si eso bastara para detenerlo. Y si, el coche se detiene, pero solo después de marcar la calzada con la goma de sus neumáticos. El sonido chirriante del frenazo ha llamado la atención de otros transeúntes. El conductor hace gestos desde detrás del volante. Él la agarra a ella por la cintura y la lleva hasta la seguridad de la acera de enfrente. Luego se gira y le hace un gesto airado al conductor para que siga su marcha.
-Van como locos...
-Y que lo digas, es increíble... ¿Y si se les cruza un chiquillo qué?
-Calla, calla... Esto deberían hacerlo todo peatonal y así se acabarían los problemas.
Giran a la izquierda y entran en una calle llena de bares que comienzan a desperezarse abriendo sus puertas. Es sábado y todos se han preparado para la larga noche que se avecina.
-Fíjate, menudo antrucho... ¿Cómo puede haber gente que entre ahí a tomarse nada?
-Pues imagínate que tipo de gente debe ser... Putas y drogatas, en esta calle no hay mas que bares de putas y drogatas...
Pasan, con la cabeza agachada, junto a un camarero que se fuma un cigarro bajo la intermitente luz de neón de la entrada del pub en el que trabaja. El camarero los mira a ellos de arriba a bajo. Ellos lo miran a él de reojo. Cuando están a suficiente distancia, él observa:
-En estos sitios solo trabajan sudacas...
-A saber lo que servirán ahí dentro...
-Ahí, droga, seguro... La mayoría de estos sitios no son mas que tapaderas. Lo que no entiendo es por qué la policía no hace nada al respecto. Luego déjate el coche mal aparcado un segundo y verás que rápido se te lo lleva la grúa... Y a esta gentuza, nada, no les dicen dicen ni mú...
-Calla, calla, que te van a oír.
Ahora se acercan a un grupo de personas que hablan en una lengua distinta a la de ellos.
-Tranquila, si aquí nadie nos entiende. No ves que son todos moros, negros y rumanos.
-Parece mentira que estemos en España.
-Así va el país. Esto cada vez da mas asco.
Giran a la derecha y comienzan a avanzar por una calle mas ancha, donde multitud de vendedores de baratijas han extendido mantas en el suelo para mostrar y ofrecer sus productos a los viandantes. Ellos pasan de puntillas caminando por el borde de la acera, manteniendo en todo momento la vista al frente para evitar siquiera cruzar sus miradas con las de los manteros, quienes no dudan en abalanzarse sobre cualquier peatón que aminora su marcha y muestra un mínimo de curiosidad por los objetos que venden.
-Madre mía, no dejan ni sitio para que podamos pasear las personas normales...
-Tu tira pa'lante y no te pares... Y no pierdas de vista el bolso, que esto está lleno de carteristas.
Giran de nuevo a la derecha y se dan de bruces con un grupo de jóvenes de aspecto mugriento y desaliñado que tocan la flauta y hacen juegos malabares. Un perro raquítico se les acerca y los olfatea. Moviendo la cola se levanta sobre sus dos patas traseras y planta las delanteras encima de ella, quien, asustada, se queda completamente inmóvil. Él acude al rescate y espanta al perro dándole una patada en las costillas. Los jóvenes protestan y él se encara con ellos. Comienzan a discutir acaloradamente. De repente un par de policías aparecen por el fondo y él los llama con gritos y gestos desde el centro del corrillo que se ha formado a su alrededor. Los jóvenes recogen sus cosas y se largan antes de que los dos policías lleguen hasta allí. Éstos dispersan a la gente y hablan un rato con el hombre, quien acusa con vehemencia a aquel grupo de "guarros" de haber intentado agredirle. Los policías lo tranquilizan y al cabo de un rato ambas parejas reanudan la marcha en direcciones opuestas.
-Vámonos a casa, ya hemos tenido bastante por hoy... No vuelvo a pisar este barrio en mi vida... Este barrio da asco...
-Tranquilo, cálmate, que gracias a Dios no ha pasado nada...
-¡Que no ha pasado nada, que no ha pasado nada! Esos hijos de puta me iban a linchar, si no llega a aparecer la policía me linchan... Ya podrían, ya, seis o siete contra uno... Ahora, si me pillan con veinte años menos, te digo que me lío a hostias y a un par me llevo por delante... Ya te digo, quizá no hubiera podido con todos, pero un par de ellos se hubieran acordado de mi el resto de su asquerosa vida...Guarros hijos de puta...
-Vale ya, cálmate que te va a subir la tensión y vamos a tener un disgusto al final...
-No, si la tensión ya me ha subido... Y todo por culpa de esos cabrones... Guarros hijos de puta...
El hombre se detiene sofocado. La mujer le pregunta si tiene alguna pastilla de las suyas y él asiente.
-Entremos ahí y pidamos un vaso de agua...
-¿Ahí? Ni loco entro yo ahí... No, sigamos andando, que ya estoy mejor...
-¿Seguro? ¿Quieres que entre yo y pida un vaso de agua?
Él no contesta, solo apoya su brazo contra la pared. Se encuentra fatigado y le gustaría sentarse, pero allí no hay sillas ni bancos ni nada parecido.
-Espera aquí un momento.
Ella se encamina hacia el bar de enfrente. Él se queda esperándola con la cabeza agachada y apoyando su brazo contra la misma pared.
-¿Se encuentra bien, señor? -le pregunta una joven de raza negra que ha detenido su bici junto a él. Él asiente con la cabeza. La joven no acaba de creérselo del todo e insiste:
-¿Por qué no se sienta? Estará mejor.
Él niega con la cabeza mientras las personas que pasan por su lado ralentizan su marcha para mirarlo con extrañeza y curiosidad.
Mientras tanto su mujer lucha por hacerse un hueco en la atestada barra del bar de al lado, donde la gente se ha congregado para ver el partido de fútbol que está a punto de comenzar. Los hombres la miran de arriba a bajo al tiempo que ella intenta llamar la atención del camarero. Al final lo consigue y el camarero le vende un botellín de agua. Cuando sale a la calle se encuentra a su marido sentado en el suelo. Hay varias personas a su alrededor que lo observan mientras le preguntan si se encuentra bien. Él está muy fatigado y le cuesta respirar, pero aún así asiente una y otra vez. La mujer se abre paso y se acerca hasta él con el agua. Él se rebusca en los bolsillos: gabardina, chaqueta, pantalón... otra vez gabardina, chaqueta, pantalón... chaqueta, pantalón, gabardina... Pero nada, no encuentra lo que busca.
-Me la ha quitado, esa negra hija de puta de la bici me ha quitado la cartera -repite entre jadeos.
De repente un niño, de no mas de diez años, se le acerca y señala con el dedo un lugar en el suelo, a su derecha.
Él se gira, ve la cartera y alarga el brazo para agarrarla. La abre, comprueba que todo su dinero sigue estando allí y luego saca algo de dentro. Lo desenvuelve y se lo lleva a la boca. Su mujer, expectante, lo observa con el tapón en una mano y la botella de agua en la otra. El se la quita de un estirón y le da un trago largo, largo, muy largo...
-¿Quiere sentarse aquí, señor? Estará mas cómodo.
El camarero del bar de enfrente ha salido con una silla y se la ofrece. Él la acepta y se sienta en ella. Poco a poco se va encontrando mejor.
La chica de la bici aparece entonces con los dos policías de antes. Éstos se le acercan y le preguntan.
-¿Se encuentra bien? ¿Quiere que llamemos a una ambulancia?
-No, no, ya estoy mejor, ya estoy mejor... Han sido los nervios, han sido los nervios...
-Bueno, quédese ahí sentado un rato, ¿de acuerdo? Hasta que se le pase... Venga, y ustedes desfilen, vamos, que aquí no hay nada que ver, venga, sigan caminando, desfilen...
Cuando el hombre parece haberse recuperado del todo, los policías continúan su ronda por entre aquellas calles cada vez mas abarrotadas de gente.
Pasan un par de minutos mas y el hombre se levanta de la silla:
-Vámonos de aquí.
Y comienza a caminar deprisa calle abajo. Ella le sigue con dificultad. Los tacones de sus zapatos continúan repiqueteando contra el empedrado.
-No pienso volver a pisar este asqueroso barrio, este barrio es una cloaca... -repite sin cesar mientras mueve la cabeza de derecha a izquierda buscando su coche.
-¿Dónde coño he aparcado el coche? Juraría que era en esta calle.
-¿No es aquel?
Su mujer señala una berlina, aparcada en la esquina junto a un árbol, en la que un grupo de jóvenes se apoyan mientras charlan distendídamente.
-¿Y esos críos de mierda que coño hacen apoyándose en el coche? Como me encuentre un bollo o una raya se van a enterar...
-Tranquilo, por favor, que ya hemos tenido bastante por hoy...
-Ni tranquilo ni hostias...
Saca la llave de su bolsillo y aprieta el botón del mando. El coche silva y sus faros pestañean encendiéndose y apagándose al instante. Los muchachos se apartan y él los mira perdonándoles la vida. Después abren las puertas y cada uno ocupa su sitio dentro del vehículo: él en el asiento del conductor y ella en el del copiloto. Él mete la llave y arranca el coche:
-Mira esas como van vestidas, si parecen putas... No me extraña que luego pasen las cosas que pasan...
-Venga, va, arranca el coche y vámonos a casa...
Un gorrilla se les acerca y comienza a hacerles gestos para ayudarles a salir.
-¿Y este qué coño quiere ahora? Si piensa que le voy a dar algo lo lleva claro.
Ella lo mira tras el cristal. Él gorrilla le hace un gesto para que se detenga, pero él no hace caso, mete primera y sale chillando rueda. Entonces siente un fuerte golpe´en el morro del coche y, a continuación, algo sube rodando por el capó y golpea la luna delantera resquebrajándola. Cuando coche se detiene, el cuerpo rueda de nuevo por el capó y cae al asfalto. El mira por la ventanilla. Varias personas le gritan desde el exterior. Mira entonces a su mujer que tiembla a su lado con el rostro desencajado. Apaga el motor y abre su puerta. Y al salir del coche ve el cuerpo de un niño, de no mas de diez años, tendido en el suelo sobre un charco de sangre.

lunes, 26 de marzo de 2012

ULISES PASTOR BARREIRO




RESEÑA DE LA NOTICIA:
En el año 2012 el escritor Pastor Ulises Barreiro publico su último libro literario, Fantásticas historias de San Telmo, (formado por 3 cuentos cortos fantásticos) en la Republica de Bolivia, y de Argentina. El mismo es un interesante libro que nos hará viajar al místico barrio de San Telmo, un pintoresco y mágico lugar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.






21 de diciembre de 2012

Faltaban 12 minutos para que el día 21 de diciembre de 2012 se hiciera presente. El joven
argelino Zineddin Rachem “descreo en todo” (así le decían) permanecía durmiendo
en su cama recostado como absorbido por la circunstancias del momento.
Zineddin vivía en una pensión del barrio de San Telmo; su habitación era de apenas
unos cinco metros cuadrados, con un pequeño balcón tan antiguo como la misma ciudad.
Vivía en un piso séptimo que daba a la calle Perú, en pleno barrio de San Telmo.
Por algún motivo que desconocía, Zinedin tenía una mala sensación; como si algo indeseado
estuviera por acontecer. Le parecía, no sabía porqué, que este 21 de diciembre sería
distinto a los demás, a los demás que el recordaba.

La preocupación era grande. Al fin y al cabo no sólo los mayas habían anunciado que el fin del mundo llegaría el 21 de diciembre de 2012, sino que otras civilizaciones de antaño también habían hecho hincapié en la fatídica fecha.

Sus amigos, lo habían bautizado “descreo en todo”. Zineddin era un joven normal y
corriente, de esos que van detrás del sentido comun, y ademas trabajaba de lo que fuera surgiendo. Recientemente había sido mozo en un club privado, ubicado en la calle Agüero 1916, en Barrio Norte. El establecimiento se llamaba “Spartacus”. Allí le habían puesto ese apodo tan original, aunque a veces simplemente le decían “negro”, por el color de su piel, que obedecía a los colores y rasgos clásicos de muchos argelinos.

Su trabajo en “Spartacus” acabó la noche en que mostraron públicamente el video en
un tétrico programa moralista de TV, llamado “Hora Clave”. En pleno horario central,
la emisión reproducía un video en el cual se observaba a una persona muy parecida al juez
Oyharbide manteniendo sexo con otro sujeto vestido de gladiador Romano… La ambientación
evocaba la Antigua Roma, pero no la legendaria Roma de Tito Livio sino la del Imperio,
la del Satiricón y su crónica de vicios, la de Nerón y Tiberio y sus clásicos “grieguitos” (como la definía mi amigo Hugo). Ese video sexual del juez implicó el abandono de Zineddin de su trabajo de mozo, por el cual recibía una muy buena paga.

Mucho tiempo después comentaría que “Spartacus” tenía una muy selecta clientela y
que esas filmaciones eran frecuentes. Se trataba en realidad de un modus operandi que
se utilizaba como recurso extorsivo para ciertos fines políticos, con la colaboración de los
muchachos de la calle Libertad y Arenales…

Desde aquel día en que dejó de trabajar en “Spartacus” su suerte laboral se tornó más caótica. Por suerte para él, en la anárquica ciudad de Buenos Aires nadie recuerda el rostro de un inmigrante argelino, así que de un día al otro pasó nuevamente al anonimato. Consiguió trabajo como vendedor ambulante en los subterráneos. Comerciaba mercadería que la aduana confiscaba y ponía a la venta por remate.

***
Mientras sus pensamientos se hundían en estos recuerdos; el fin del mundo se acercaba.
Ya solo faltaban seis minutos para que en Buenos Aires -que se encuentra a los 34º-36'
de latitud y a 58º-26' de longitud- todo llegase a su fin… Zineddin decidió levantarse de la cama, veía que le sería imposible dormir; el miedo y el pánico lo atravesaban hasta la médula
espinal. Con suaves y temerosos movimientos, como los que realiza un roedor cuando
el gato lo está observando, se incorporó sobre la cama sentándose. Sus negros y largos
pies tocaron el piso de madera -opaco por la clásica falta de mantenimiento que los pisos
de madera sufren en las añejas pensiones de San Telmo- de la pobre habitación.
Sentado sobre la cama, se incorporó poniéndose de pie y caminó un metro hasta llegar a
un pintoresco pero grotesco mueble de madera, el cual tenía tres cajones. Si yo definiera a un metro como una milésima parte de trillones de segundos en que un rayo de luz tarda en recorrer esa distancia, podría decir que Zineddin caminó exactamente un metro desde su cama hasta el
mueble añejo de madera de origen chino. No caminó ni un centímetro más ni un centímetro
menos, simplemente un metro.

Cada cajón de este mueble tenía un manillar de bronce en el medio. El mueble era
tan viejo como la misma fiebre amarilla que azotó al barrio hace tiempo. Zineddin, en el
primer cajón, guardaba medias y calzoncillos.
En el segundo remeras y en el tercero, los pocos objetos personales que poseía, pues no
solamente era una argelino con la virtud de la humildad, sino también pobre en lo concerniente
a medios materiales. Prendió la radio para ver si en la distante China ya había comenzado el fin del mundo… Conocía la diferencia horaria que nos separaba del lejano mundo de los caracteres
mágicos y los sabios clásicos. Llevaba puesto su short de Boca Juniors y el resto del cuerpo sin ropa alguna, tan solo ese pequeño encrucijado pantalón que le tapaba los genitales.
Una vez encendida la radio, inmediatamente comenzó a transmitir noticias desde
china, pues parecía que la sicosis era colectiva.

Lo que Zineddin Rachem sentía no era algo personal sino sensación social cristalizada
y más que colectiva… Quizás algo similar se había sentido en los Estados Unidos
de Norte América en el siglo pasado, con “la guerra de los mundos” de Orwell.
Zineddin dejó la radio prendida a todo volumen y salió al balcón, era una cálida noche de diciembre; su cuerpo se encontraba reconfortado por la agradable temperatura. Lentamente
comenzó a mirar hacia las estrellas. A simple vista no vio nada… (Como todo mortal
cuando mira al espacio exterior.) Mientras su globo ocular perfilaba finamente hacia el
espacio exterior vio como otros mortales de otros edificios también esperaban con incertidumbre, posados en los balcones, como palomas estacionadas en los cables de luz,
esperando a ser cazadas.

Apoyó sus manos en la baranda de hierro. Pensó en el hierro, inerte a todo cuanto acontecía
en el planeta tierra, espectador ajeno a la cuestión del fin de la vida humana. Al fin y al cabo, si algún meteorito se estrellase contra la tierra o si la actividad sísmica se multiplicara por mil en la corteza terrestre, el hierro seguiría existiendo; a lo sumo cambiaría su forma física, pero no desaparecería. Entonces, según estas premisas, esta materia en su esencia no tendría de qué preocuparse.

A Zineddin poco le importaba lo que el hierro pensara. Escuchaba en la radio una tétrica
voz femenina informando que algunos volcanes de China estaban entrando en erupción.
Allí el 21 de diciembre ya había comenzado hacía horas. El muchacho Zineddin ya
no tenia dudas; su destino estaba cantado y no iba a poder escapar a la parca cósmica.
Mientras la radio trasmitía nefastas noticias sobre el incremento de la actividad sísmica,
en el cielo visualizó pequeños movimientos de objetos que transitaban por la galaxia…
Zineddin no sabia de astronomía, como el 99% de las personas, pero sí podía darse
cuenta de que lo que veía no se correspondía con cuerpos celestes siguiendo movimientos
elípticos… ¿Se trataría de meteoritos viajando por la galaxia? ¿Meteoritos cuyo único
fin sería impactar contra el planeta azul? ¿O seres inteligentes que venían en rescate de un
minúsculo grupo de humanos? De aquellos con conciencia de especie, aptos para vivir
junto a otros seres de este universo…

No podía encontrar respuestas a estas preguntas, pues si fueran meteoritos él moriría y
si se trataba de seres inteligentes, él también moriría; porque a Zineddin sólo le importaba
trabajar, ganar dinero, mirar fútbol por TV, tener sexo y comer carne de toda especie de
animal que caminase sobre este planeta…
No había posibilidad de permanecer vivo… Simplemente era cuestión de tiempo, para dejar de existir… Mientras sus pensamientos viajaban por estas cuestiones faltaba solo un minuto para que el 21 de diciembre empezara. Como todo el mundo veía “cosas en el cielo”, la voz femenina de la radio, en un débil intento por aplacar el miedo, recordó que en un reciente Congreso de Astronomía se había llegado a la conclusión de que los “organismos inteligentes son parte constitutiva del universo, como las galaxias y las estrellas”.

De todos modos, ya para los humanos era tarde. Para ese entonces, grandes luces desde el
infinito espacio exterior, parecían acercarse a la tierra. Zineddin pensó que sin duda había
llegado su fin. Lo aterraba tanto la idea de ser aplastado por un pedazo de roca galáctica
como el encuentro cercano con un ser que no fuera humano; su mente no estaba preparada
para eso… Sin vacilar, mientras la radio informaba de una ola masiva de múltiples suicidios de todo tipo, con firmeza se agarró al crudo hierro, y de un solo movimiento brincó por arriba de la
baranda. En cuestión de segundos su cuerpo entero se encontraba del otro lado del hierro, suspendido, por milésimas fracciones de segundo, en el inmenso vacío. La gravedad de
nuestro planeta, como en un acto de justicia divina, se encargó de la dulce venganza cósmica.
Zineddin, un trozo más de materia cósmica, caía al vacío por el propio peso de su cuerpo.
En sus últimos reflejos de conciencia humana veía cómo la incertidumbre de otros mortales
en otros balcones provocaba el mismo acto. Simplemente se arrojaban al vacío. Su cuerpo ya estaba sin vida sobre la calle Perú.

El resto de los mortales no vivió mucho más. Una lluvia de meteorito, según informó
la radio, estaba dando de lleno en la otra cara del mundo, en el territorio chino. A medida
que la tierra realizaba el movimiento de rotación, los meteoritos comenzaban a impactar
en nuevas áreas terrestres. Al parecer venían del mismo sector cósmico, navegando por el
infinito universo… y en su camino se topaban con la indefensa tierra… Ni la gravedad terrestre
nos pudo salvar de semejante cantidad de roca cósmica.

Los meteoritos arrasaron con todo, hasta con los satélites y gran cantidad de basura
cósmica que giraba alrededor de nuestro planeta. La lluvia era implacable, fue una perfecta
máquina arrasadora. De esta manera le llegó el turno a Sudamérica y la cosmopolita
ciudad de Buenos Aires.

En segundos desapareció por completo junto a todos sus habitantes, ni las cucarachas
quedaron con vida… No fue más que la venganza divina del universo sobre esta
minúscula raza de seres vivos que existió alguna vez. Los humanos, hasta habían llegado
a creerse dueños del cosmos y del centro del universo.



FIN

jueves, 22 de marzo de 2012

Valeria Pariso

Remedio casero para abandonar la soltería.



De todos los remedios

caseros que conozco

el de la soltería

es el más complicado.

Requiere que se unte

el cuerpo enteramente

con la tierra de Iruya.




Iruya queda en Salta

y es un pueblo de polvo

perdido donde el hombre

recobró la paciencia.

Tiene senos tan altos

que parecen montañas

y se escuchan amantes

gozando a media tarde.




Si está lejos de Salta,

tome un avión, un tero,

viaje usted como pueda

lo importante es que llegue.




Hecho esto, encremada

con el barro de Iruya

piense en todos los hombres

que no quiso mirar.




Mire a todos, de a poco

con los ojos de Iruya

que se acuesta a la tarde

con los senos tan altos

con los valles tan huecos

con gemidos de barro.




Recapacite, piense,

cuánto amor macerado

siempre hay alguien

que espera

un vecino, un amigo

el hermano de alguien

el padre de una amiga,

qué se yo, piense en algo.




Hecho esto, con calma

quítese todo el barro

sienta como la tierra

le penetra en la cara

cómo huele la piedra

cómo el poro conoce

lo esencial y se cierra

con el amor adentro.




Ahora salga, camine

tome un trago,

disfrute,

conozca a mucha gente

bese a todos.

La boca

no cuenta si no habla.

Bese nomás,

que nadie

se resiste en Iruya.



************



Cuando te miro con ganas.



Sobre mis párpados

tengo sentadas

dos gatas negras.

Te miran…

Cuando parpadeo

arquean sus colas

alzándolas como una falda.

Buscan con sus hociquitos

la humedad de tu boca

refriegan sus cuerpos

por tu sexo

haciendo un zigzag

entre tus piernas y el techo.




Luego vuelven

atorrantas

a esperar sobre mis ojos.

Cecilia Vietri

Un bocado del imposible

C
a í
d a ...

...sin fin, abismos rotos, hacia pasajes sin historia junto a vos en el silencio. Me guardo tu beso.
Te arrojo sin más al
p
R
E
c
i
p
i
c
i
o

Con el peso de la bronca. Con el nudo de la angustia. Y cayendo amarrada también. Hay historias hechas de olvido.
Te irás y aunque no lo hicieses, tampoco me quieres.

Soy ese grillo triste cantando sus penas, creyéndose dueño del sol. Juntos es ese lugar que le da sentido a todo. Una herida. Tan solo una herida más, y un adiós.

Confío en el tiempo aunque me quiebres hoy.


******



Me pierdo en tus ojos


Yo quisiera...
y vos, tal vez,
querrías también...
los dos,
sin embargo,
sabemos.

y entonces me embriago de vos
en un espacio que es verdad a medias
pero en el que la verdad no importa

Envuelta en la limosna de tiempo
Que mendigamos a escondidas

te miro y te quiero tanto...
infinita en las sábanas
se forjan horizontes y mañanas

y casi, casi
me aferro.

Sin embargo,
los dos sabemos.


*******



El camino del Olvido


hablan las paredes sin cesar, las escaleras se desdibujan y reaparecen al azar imposible unir las piezas del absurdo a veces cuando llueve es lindo sentirse tan defraudado la memoria desfila ya ridícula se cayeron los accesos, se volaron las cerezas como pájaros desnudos se arman remolinos en las tardes estancadas me llueven las manos de ausencias y a veces los dados son negros y entonces, es lindo sentirse tan defraudado, y que llueva.-


********

Majo López Tavani

Los barros de los días que aún no llegan

en las aguas embravecidas

resistiendo

sintiendo

la lengua de agua

transformadora

despojarme en el viento mientras camino sobre el agua

saber que existo como un águila

hundirme para ser

la ceniza musical

que abrirá

un haz de sol pequeño

ancestral

como la sombra escurridiza

de mi pecho bailador.




*******



La sacerdotisa


Hace su reverencia. La mujer responde en silencio, con los ojos abiertos y oscuros, precisos, desde su trono. El velo detrás de ella, para acelerar los latidos de él cuando el libro le es entregado. Ella sonríe, y desaparece entre los pliegues del vestido azul. Él camina. Se acerca. Corre el velo. Las estrellas celebran. Círculos de agua se suceden entre los planetas. Su carne ya no es de este mundo, se transformó en águila ese hombre. Surca el cielo plateado, cada vez más rápido, rápido, hasta hacerse tiempo.

Ella cierra el libro, que tiene ahora un dibujo nuevo, un águila cruzando el cielo; ella corre el velo, cierra los misterios; y vuelve a su trono.


********


Zarzuela de la semilla

Aldo Luis Novelli, Neuquén - Patagonia - Argentina


Agradecimiento desde el hospital psiquiátrico

.................................................a J. Fijman y A. Artaud in memorian

Agradezco a la oscuridad
que me deja ver claramente el mundo.
Agradezco a los amigos que nunca vinieron.
Agradezco a las mujeres que me abandonaron
para que enloqueciera solo.

Agradezco a la luna
que habla conmigo
cuando nadie me habla.
Agradezco al sol que nunca está
salvo cuando salimos al patio
a arrastrar los pies y babearnos.

Agradezco al alcolchado de las paredes
que me cuida la cabeza.

Agradezco al enfermero
que me da la pastilla azul
y la verde y la roja
y esa maldita pastilla blanca como una bala
que nunca tomo
y me la meto en el culo.
Agradezco al otro enfermero
que me trae papel y lápiz
para que escriba mis poemas de locura
y resista a la muerte.

Agradezco a los dos monos
que me aplican electroshock
cuando me altero un poco/
para quemar lentamente mis neuronas
pero ellas todavía resisten

así que vayan sabiéndolo
gorilas hijos de puta:

todavía escribo mi sucia poesía.-

lunes, 19 de marzo de 2012

Leonardo Rodriguez

Tomó el hacha vikinga por el mango. El filo cascado no le impidió decapitar a su primer oponente con facilidad. Caminó tranquilo, despreocupado; dos, tres, cinco pasos. Alzó la empuñadura y gritó; un rugido prolongado y mortífero. Rodó la segunda cabeza, que cayó dentro de una canasta de mimbre, ovalada y profunda. Rió con maldad. Bebió un sorbo de agua agria, mezclada con sudor. Saboreó la victoria. Desplegó a sus tropas por el reducido terreno. Un lugarteniente criticó su estrategia, le dijo: “Amigo, si no nos movemos vendrán por nosotros, y no podremos detenerlos”. Movimiento continuo. No leyó manuales sobre batallas ni apuntes sobre guerra de guerrillas, su instinto no los necesita. La estrategia se olfatea, la táctica deviene de abrir el corazón a las pulsiones. Sin embargo, pudo detenerse y recordar, no mucho tiempo atrás, aunque le pareció una vida, que supo ahogarse en sus frustraciones, cuando no podía aún coordinar sus pisadas, apenas alzar el cuello, exclamar en un sollozo. ¿Cuándo fue que escapó de aquella postración? ¿Pudo hacerlo solo? ¿Quién lo ayudo? La memoria se le antoja como un mueble viejo lleno de cajones. Dentro de cada uno hay un recuerdo. Pero abre y abre y muchos parecen vacíos. En otros hay nostalgia de objetos perdidos. Abre uno y mira en su interior, no reconoce el sitio, ni la circunstancia, parece que estuviera frente a una pantalla de cine, ante una película de una vida que no entiende, que le es ajena aunque tenga alguna reminiscencia familiar.
Ese segundo de distracción le costó un susto. Agazapados detrás de un pequeño pero escarpado montículo, se deslizan tropas enemigas. Pero su precario armamento no rivaliza con su hacha del crimen, lo que augura una orgía de sangre. Perderán la vida incluso todos los animales que pastorean con ellos. La matanza expandirá su escarmiento en el tiempo y en la geografía.
Se parapeta y contiene la respiración. Se acelera el ritmo cardíaco. Se seca la garganta que clama por alivio, mas el agua deberá esperar. Las fosas nasales se entrecierran dificultando la concentración. Para dar el golpe justo es necesario brincar en el instante preciso. ¿Cuándo aprendió todo esto? ¿Cuándo aprendió a saltar? ¿Podrá arremeter? ¿Sabe como hacerlo? La duda lo toma, lo interroga, es un estilete incómodo. No lo ha hecho antes pero ha visto como se hace, impulsarse, caer ante o sobre su victima. Se percata de que no será sencillo pero siente que esta preparado. Es el momento. Inspira y cuenta mentalmente. Uno, tres, cuatro, seis y ¡zaz! Falló. El tranco breve, las piernas cortas, las sábanas escasas, la habitación es insuficiente y él se desploma de cara al piso, amortiguado por su pancita rellena de panes, quesos y aceitunas. Alza el cuello y recuerda, ahora sí con claridad, aquellos primeros pasos. Los repite rutinariamente, se pone de pie y una voz lejana lo saca de escena.
“La leche Lucio”, mamá repite tres veces. Las tropas, amigas y no tanto se desarman de una patada, ruedan osos peludos y conejos vestidos de generales y artilleros y el hacha plástica que iba a darles fin cae pesada como un sueño. Sale de su cuarto y trepa con dificultad la silla. Ya cerca del borde de la mesa toma el vaso y ase la bombilla, sorbe con fuerza. El chocolate invade sus papilas y sacia su ansiedad.



anarcobolchevique@yahoo.com.ar
www.myspace.com/anarcobolche
La banda del cuervo muerto visite:
www.myspace.com/labandadelcuervomuerto

Leandro Sala

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Mi foto
.

El nombre de
nuestra muerta limitación
se enciende en
una vela sonrojada.





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Quizás sea cierto
que el amor es
un animalejo pequeñito
cegado por debilidades diversas
y a veces marchito
entre hojarascas brutales.





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Tres aguas diseñan el cielo con
vida y títeres y desprolijidad.
Miran su obra y empequeñecen.







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martes, 13 de marzo de 2012

Nico Castro

Version nc de Letra Today Your Love, Tomorrow The World
de Ramones.


yo voy al frente solo y pierdo, de cara al piso,
y ya he perdido mi tiempo, mi oportunidad
Pero siguo siendo ese soldado
Sí, lo soy.

Y para nada más sirvo

creí que luchaba por una patria

pero era tan solo un miserable más
entre tantos miserables

Un miserable
Un pequeño gigante , rubio como solo un idiota
En una ciudad asqueada
que hoy es empujado a expresarse,
acá en cualquier callejón.


en pocas palabras
Hoy tu amor, mañana el mundo

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ex


que triste es definirse como ex
es cierto
también es triste ser ex
o definir a alguien como ex
pero hay ex,
todos somos ex

alguna vez pensé que pensaba algo inteligente y
me atreví a comunicarlo.
tenía una idea maravillosa
crear la isla de los ex
qué idiota
todos somos ex

mi ex
por ejemplo
mi ex
esposa
ex
una vez me dijo,
“te la crees mucho
te querés mucho”
yo le contesté
mis amigos me quierén más.

********


Variaciones sobre canciones de Auden


Digamos que en esta ciudad viven unos diez millones,
Unos habitan agujeros, otros habitan mansiones.
Pero no hay un lugar para nosotros, mi amor,

Alguna vez tuvimos un país y nos gustaba.
Todavía lo podemos encontrar en un mapita político.
Pero ahora, no podemos ir allá, mi amor
ahora no podemos ir.

Pero está Villa Crespo, mi amor.
Y ese club, donde crecen las ilusiones,
Donde también se apagan pero a nadie le importa,
Porque las ilusiones vuelven a crecer,
de la misma forma en que crecen y crecen las barbas en la
única sinagoga de ese otro barrio, que no voy a nombrar,
pero que fue donde vos creciste,
y donde hoy sigue creciendo ese árbol viejo
y donde cada primavera florece de nuevo.
Pero los recuerdos no florecen de nuevo, mi amor,
como los pasaportes falsos con los que tu familia logró salir del país,
no florecen de nuevo.

El agente de la aduana paraguaya había dicho: “Si no tienen pasaportes”, “oficialmente” están muertos.
Pero seguimos vivos, mi amor, seguimos vivos.
Y vamos a pasar a como dé lugar.

Mis abuelos creyeron que se rompía algo, pero el solo de guitarra noise de sonic youth, en mi cuarto.
Pero allá afuera, antes lo que sonaba,
era Hitler, o era Stalin, eran muchos y decían: "Deben morir",
y hoy yo pienso en nosotros, mi amor, pienso en nosotros,
que estamos vivos y juntos, mi amor,
seguimos vivos, mi amor, seguimos juntos.

De golpe, pasa un perrito, ese perrito que mirabas cada día correr, pasa totalmente desabrigado y perdiendo pelo y padeciendo hambre, rogando caricias, aún así, y con su cola, abrió una puerta para que pasara un gato,
pero ellos no podían ser pájaros,
caminando por el bosque, vi en los árboles a los pájaros
que no tienen políticos, y cantan a su agrado,
No eran de la raza humana, mi amor,
no eran de la raza humana.

Bernabé Alberto De Vinsenci

BERNABE ALBERTO DE VINSENCI . nació en saladillo, Buenos Aires. Estudia Lengua y Literatura. Su primer objetivo ser hijo de la libertad. Sufre, ríe más en las tardes de invierno que las del estío.

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COMO DEFINIRNOS
 (20 de junio día de la bandera)




Es el celeste vehemente del manantial de un río que se desgarra sobre extremos limitados hasta el blanco de nardos, quien, contiene en el centro su astro. Han sido innumerables los ojos saciados en este río cuando el horizonte  bajaba sus pupilas amenazando los sueños. Otros en cambio, utilizaban el blanco nardo para crear lunas desdibujadas y lograban sentirse sosegados. Pero ¿Qué es lo que sucedió cuando el alba penetró su espada sobre el caballero diurno? El astro temerario se había adelantado  por encima de los alambres de púas  vislumbrando a los senderos sin faroles. Por lo pronto, los rostros lograron distinguirse unos a los otros y altaneras voces callaron el silencio con sus labios en la apertura de un himno con partituras sangrantes. Luego caminaron con el peso de sutiles cadenas de manos haciendo eslabones para sus regiones.
¡Cuánto ha de significar el tiempo frente a la memoria! ¡Cuánto fruto engendra  la tierra con las manos!
¿Y de las lágrimas?  ¿Quién habla? ¿Acaso es perder? Ellas, aún, sirven para el espíritu de las praderas que nos encogen hacía el altar de la historia.
Existe un momento en que nos reivindicamos  ¡Hay un día en que frenamos los pasos para mirar lo caminado! Y es grato tener sobre las manos el marco de un espejo en el cual contemplarnos y  encontrarnos. Ese marco es la Bandera.


 No confundamos Bandera con guerra, la Bandera es sinónimo de compromiso. Más allá de los verdugos que han utilizado su nombre, ella es el presente, está compuesta por nosotros.




La muchacha
(El alma de una verdadera mujer es cuando aprende a ser temeraria y tiene como espada la decisión)

Fingió sonreír para la dama vestida de blanco
que ornamentaba sus oídos con dos grandes aros. (Mujer aturdidas por tardes de soledad)
Dijo-¡Adiós!- Estremecida (La doncella queriendo marcharse abrumada por la existencia). Estaba agotada para el padre que tenía un cigarrillo encendido sobre sus dedos (Acariciando su barba compañera)
. Lagrimas tétricas pensó el perro reposándose a lo largo del suelo.(Esperando saciar de amor a alguien con largas lambidas)
Quería ser como ella replico la tormenta. (Cansada de malas anunciaciones)
Parada suspirando aludiendo a la intensidad
deformaba sus uñas. (Para sosegar su nervios)
Omitía mirar a todos.
¿Qué harás?- Sugirió la madre escondida en las espaldas de su hija.
Suspiro absorbiendo la mayor cantidad de aire posible. (Pero sabía que no debía hacerlo demasiado) Respondiendo a preguntas casi filosóficas ¿Qué respiraran los demás? ¿Gran parte de él puede matarme? ¿Qué hará la humanidad si respiro todo el aire?
-No lo sé- Respondió obligadamente (Su voz era ajena fuera del tiempo)
Todos seguían unido esperando la repuesta deseada (Deseo totalmente egoísta) ¿Por qué escuchar del otro la repuesta que deseo? Obligar a la persona transitar un laberinto enajenado.
Visión de sus ser (No debo hacerlo, pertenecer a una familia aristócrata no me hará tomar la decisión que ellos quieren. Están ahí esperando su querida repuesta y yo aquí en el medio de la nada. Pero si tomo esa decisión me arrojare al vacio, por ende, se los diré)
-¡No, no voy a casarme. Esto es suficiente!- Exaltó a todos- ¡No lo amo y no voy hacerlo!
Voz interna (Lo hice ya está. Era simplemente eso decirlo)
Tomo su campera y se marcho. Todos quedaron atónitos mirando al joven.


DEJO EN CLARO MI CONCEPTO SOBRE LA MUJER:


A veces han dicho que el órgano más importante es el corazón y algunos lo desmienten, a mi me interesa la segunda postura. Sosteniendo que el corazón y complemento del hombre (Concepto que abarca en mis entrañas al varón-mujer) es la mujer. El hombre podría tener un órgano (corazón) pero sin la ella no es nada más que un pedazo de carne. Somos hijos (hombre-mujer, uno) de la libertad, por lo tanto deberíamos ser apolítico, el problema del sistema(el hombre ha creado este monstruo y este ahora lo maneja a él, por lo que tendría que se viceversa)es que excluye mas a la mujer, mi interrogación es la siguiente ¿Por qué hijo de la naturaleza de un animal racional (mujer, claramente estoy sujeto a la mujer) tengo que adaptarme a un conjunto de normas absolutamente contradictorias que son enajenadas y exprimen a una multitud y sacian a unos pocos? Es lógico quienes se espantan y por ende se unen son los subalternos. El único machismo hasta el momento ha sido el estado, como individuo me considero casi piel de mujer.
La mujer es la ternura ese contagio que el hombre no tiene, la mujer es lo inexpresivo que hasta el mismo artesano/a (quien nos creo) no sabe definirlo.
La mujer es simplemente es todo, el sostén de la especie, la voz.

A veces creo que la mujer es el cuerpo y el hombre el virus, pero además ella es su propio remedio…


**********


HAY, SIEMPRE LO HABIDO Y LO HABRÁ

Hay una dicha que concede
la unión, la estrecha
e infinita liberación.
Hay un victimario que concede
el individualismo, la depredación
de una misma especie en
una superficie que le ofrece hermandad.
Hay una equivocación que concede
la desnudez, el pudor.
Hay un esfuerzo que concede
la utopía, el caminar.
Hay un enigma que concede
la muerte, el mas allá.
Hay una unión que concede
la naturaleza, la reciprocidad
sobre la humanidad.
Hay una espada que concede
la memoria, el no olvidar
para el presente amoldar.
Hay una virtud que concede
la diferencia de piel, la admiración.
Hay una longevidad que
posee la fe, eternidad.
Hay caminos que concede
la decisión, el poder elegirlos.
Solamente existe un epitafio,
solamente el de conceder.


Existen tiempos de insomnios
solo algunos guardan felicidad...




******

DESEO


Infinito espejismo colérico, diáfano,
atroz en pieles y sabores amargos.
Nubes de pupilas ahogadas,
mares de visiones turbias.
¡Tempestad, alud! ¡Vientos absorbidos!
Cabellos existenciales,
deslizándose en recinto de arena.

La cueva celeste incasable,
la tierra marrón repudiable.
Seres vislumbrados estrepitosos
en deformidad, voces hoscas monótonas.

El ruido vítreo estalla
y la red lo rearma.
Pantano arcaico, nostálgico.
Presencias esfumadas,
por el sendero opaco.

Sabanas vacías en el tiempo acelerado,
vueltas, vueltas y vueltas, mareo súbito, nausea iracunda.
La imagen sigue envuelta, ella esta
en beatitud, dichosa y excelsa.
Los ojos se abren y los
objetos permanecen intactos, ausentes.


******

DE SERES Y NO TAN.

El ser debió relacionarse, aunque se niegue.
Él está hecho para relacionarse, al igual que el sistema
digestivo para nutrirse.


El hombre no puede realizar una quimera, para
no aceptar esta condición, quizás si, pero solo
unos pocos y con el tiempo adquieren un mundo
de meras fantasías, donde pronto los objetos
se convierten en personas.


No solo en los hechos existente el hombre crea,
también en los inexistentes hechos crea.
De a poco este ser pierde el juicio y pasa
a ser una pieza de la neurosis.

Finalmente su lógica navega eternamente
absorbida por la necesidad.

Hay cosas que parecen una enfermedad
y aunque no lo sean quedan secuelas...



******


CUERPOS APLASTADOS
.


Tu esencia escéptica
es la verdad de las cosas.
Las palabras se desvanecen ante
tus acciones, cayendo
en el reino de la contradicciones.
Tu raíz es el fecundo árbol
que no confunde el espécimen.
Tus ojos emanan el
agua de moléculas emocional
que desecha la desdicha.
Tu hermandad es silenciosa
ante la plenitud de un distinguido ente.
Tu comprendes que el exceso
fonético emerge al repudio.
Tu sabes que las plantas forman
parte de nuestro organismo.
Tu sabes que los desacuerdos
son la imposición del pensar.
Tu sabes que finges dormir
porque no sueñas.
Tu sabes que aunque los vientres
se nieguen el amor maternal no muere.
Solo tu sabes.
Que las epidemias son suaves,
el espíritu de reciprocidad,
pero, también, tu sabes que es
la superficie contenedora
de la carne, osamenta y lo intangible,
aquellos que nos hace diferente,
que nos hace lobos de si mismo.


A un fantasma de América Latina...


******


SOMOS


Incriminación al ente, mientras, define el sabor de
su piel. Constantemente anhela en el anochecer
inhalar aires de sosiego en campos de equidad.
Eólicos pensamientos expulsados por el malhechor
invaden nuestro socio ser. La lógica recóndita es soslayar.
Algunos ojos absorben la simetría, otros no tanto, pero
ninguno pierde el monótono contemplar sugerido en el amar.
Todos poseemos la condición de un área circular, ahogado en
un blanco mar y una pupila que en ocasiones se dilata.
Inminente las nubes forman grietas con orgánicas figuras abstractas
y eso es lo que somos, una incomprensión de seres bajo la apetecía
de una aurora sobre espíritu interno que exterioriza la lucha..


******

Nadie anda.

Infinitos caminos
nocturnos de prados
iluminados por el lucero de nardos.
Apresurados pies
desnudos sobre
un sueño profundo.
Ventana plana y
chata que aspira seres
difusos en el amanecer
de un súbito enloquecer.
Párpados irritantes
de auroras importantes,
refugiado en un etéreo continente
de penumbra y aguas potentes.
El temor te toma la mano
pálida y sólida, el frió
te observa obligándote.
Eminentes calles extensa
aparente a la muerte, escalofrió
de seco arcaicos árboles.
Exhausto, refugiado y acurrucado
en un mar sobre un costado, la aurora
te encuentra durmiendo
descongelando la muerte a
tus espaladas.


******


Hijos de la libertad.


Huye como el viento turbio,
propagándose enroscado en el sendero silvestre.
Huye diáfano inventor de aventuras que en la inercia
demuestras miniaturas en espesor y sale detrás de la cueva.
Huye iluminando en la oscuridad y ensordeciendo
el núcleo de la tierra.
Huye sobre la corteza, rebota y vuelve a tomar vuelo,
encogiendo algunas pieles en oquedad.
Huye del grito que mutua a la tierra donde
las muchedumbre siguen unidas y en la vida todos somos extraños aislados como
el sol de la tierra.
Huye del eco que nos agrupa llamado al temor.
Huye del sensible posesivo.
Huye de toda especie de juez.
Huye a las paginas por recorrer
que se entristecen si nadie las transita como desiertos inhóspitos para pies temerarios.
Huye si sobran manos para la concepción y proliferación de lo malvado.
Huye embarcando el naufragio de aguas excluidas y vastos ojos
de necesidad.
Huye deja el ser en un costado, él
no te pertenece es un señor
que circunda en ti negándose a la libertad.
Huye que la existencia te permite ser.

lunes, 5 de marzo de 2012

Pablo Espinoza - Jujuy


Pablo Espinoza.1983. Jujuy.
Artista plástico y poeta, publicó los libros Nunca te enamores de una actriz de teatro, Ojalá fuésemos superhéroes, Mi amiga se esconde y Cuadernos de un luchador mejicano.
Actualmente coordina Calidoscopio, ciclo multidisciplinario de artes y feria de publicaciones independientes.


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Mi monstruo punk.




I.
Pasan los días y mi monstruo punk sigue conmigo.
Una mañana entré a mi taller y él ya estaba allí, sentado con un libro de cuentos en la mano. Sin quitar la vista del libro y como si nos conociéramos de siempre y no fuera necesaria ninguna explicación o presentación me dijo buen día, te estaba esperando.


II.

Mi monstruo punk y yo salimos a caminar por el barrio. Hasta ahora nunca lo habíamos hecho.
Subimos por la avenida sin apuro y llegamos a la gruta a tiempo para la puesta de sol. El problema comenzó con las primeras gotas. Cómo le explicás alguien que no conoce el agua lo que es la lluvia?


III.
Para hacer una buena cresta sólo necesitas una barra de jabón, preferentemente jabón neutro sin olor ni color ni nada. Sólo jabón.
Con tu pelo húmedo tomá la barra y frotala contra tu pelo hasta que se forme una pasta moldeable. Ahora usando los dedos de tu mano a modo de peine, comenzá a moldear la cresta desde la base del cuero cabelludo hasta las puntas. Cuando consigas la forma deseada secá la cresta con una secadora con aire tibio o preferentemente al sol.


IV.
No necesito ir hasta África para pintar un rinoceronte. Mi rinoceronte es casi tan bueno como cualquier rinoceronte real. El problema es la metáfora. Un rinoceronte no es igual a un gato y hablar de gatos (o felinos en general) ya es un problema en sí mismo.
Ahora que me acuerdo una vez escribí un poema de hipopótamos, pero esa es una historia triste y a mi monstruo punk no le gustan las historias tristes.


V.
Mi monstruo punk dice que no se dibujar, que mi trazo es casi tan malo como mis imitaciones de leonardo fabio. Después hace aviones con las hojas de mi cuaderno para que mis poemas “sirvan para algo”. Y se ríe. Nunca deja de reírse.


VI.
Ahora soy fanático de Bosques de Groenlandia. Una banda de córdoba que escuché hace poco. Una banda de guitarras y violines. Canciones hermosas y mucho vuelo. Justo cuando estaba quedándome sordo del aburrimiento. Dulce de ciruela para mí!


VII.
Mi monstruo punk no se detiene. Todo es nuevo para él, todo le llama la atención. Hasta ahora nunca lo he visto dormir y no estoy seguro de que alguna vez se canse. Me resulta imposible seguirle el ritmo. Sólo se queda quieto cuando en la tele pasan el chavo del ocho.
Es en esos momentos cuando aprovecho para escribir.


VIII.
“Los gemidos de un novillo podrían ser gritos humanos.
Cada vez más cerca viene el cuchillo espeluznante.
Esta hermosa criatura debe morir.
Esta hermosa criatura debe morir.
Una muerte sin razón.
Y la muerte sin razón es ASESINATO.
Y la carne que usted tan caprichosamente fríe
no es suculenta, sabrosa o buena.
Es muerte sin razón.
Y la muerte sin razón es ASESINATO.
Y el ternero que usted trincha con una sonrisa
es ASESINATO.
Y el pavo que usted rebana festivamente
es ASESINATO.
¿Usted sabe cómo mueren los animales?
Los aromas de la cocina no son muy agradables.
No es confortable, alegre o buena.
Es la sangre hirviente y el atroz hedor del asesinato
del ASESINATO.
No es "natural", "normal" o buena
la carne que usted fríe tan caprichosamente.
La carne en su boca
A medida que te regocijas del sabor
del ASESINATO.
No, no, no, ES ASESINATO
No, no, no, ES ASESINATO
OH , y quién oye cuando los animales lloran?”

(Meet is murder. Morrisey)



IX.
Mi monstruo punk no sabe lo que es el tiempo ni le interesa saberlo. Puede pasarse horas enteras siguiendo con la vista algún desfile de hormigas o quedarse sentado frente a un cubo de hielo esperando a que se derrita por completo.
Desde la ventana de mi taller lo observo. A veces se va saltando por sobre los techos de las casas vecinas y desaparece por un buen rato. Cuando vuelve siempre tiene historias nuevas para contarme.


X.
La última carta de amor la escribí a los nueve años. Creo que nunca más pude ser tan honesto. Qué es lo que me atrae de la niña anarquista? Que no les tiene miedo a los sapos. Eso definitivamente es lo que la hace tan irresistible. (Tan conmovedoramente irresistible).


XI.
fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away


XII.
Mi monstruo punk y yo nunca vamos a ponernos de acuerdo. Cada vez que peleamos es un poco el fin del mundo. Yo digo que el mejor animal de todos es el ornitorrinco, él prefiere los tripodantes.
Entonces nos mandamos a lugares que quedan mucho más allá de todo. Y nos tiramos con lo que tenemos a mano buscando siempre provocar en el otro el mayor daño posible.
Algo así como una tormenta, de esas que sólo dejan un montón de escombros desparramados en el paisaje.


XIII.

Mi monstruo punk se levanta y va hasta donde tengo los discos. Después de una breve pero minuciosa recorrida visual endereza el cuello y se decide por marisa montes. Le digo que no me acordaba de ese disco, que ese disco jamás formó parte de mi colección, que alguien debe habérmelo prestado y que nunca lo devolví. Pero no me escucha. Se mueve como dentro de una de esas naves espaciales equipadas con sistemas antigravedad en las que uno puede flotar y dar vueltas por el aire sin tocar el suelo.
Hay canciones que son como esas naves espaciales equipadas con sistemas antigravedad
, que te hacen dar vueltas y girar por el aire sin tocar el suelo, pienso y me dejo llevar. Ahora los dos nos movemos dentro de una canción espacial.
Arriba y abajo dejan de tener sentido.





(Inédito)