lunes, 5 de marzo de 2012

Pablo Espinoza - Jujuy


Pablo Espinoza.1983. Jujuy.
Artista plástico y poeta, publicó los libros Nunca te enamores de una actriz de teatro, Ojalá fuésemos superhéroes, Mi amiga se esconde y Cuadernos de un luchador mejicano.
Actualmente coordina Calidoscopio, ciclo multidisciplinario de artes y feria de publicaciones independientes.


**********



Mi monstruo punk.




I.
Pasan los días y mi monstruo punk sigue conmigo.
Una mañana entré a mi taller y él ya estaba allí, sentado con un libro de cuentos en la mano. Sin quitar la vista del libro y como si nos conociéramos de siempre y no fuera necesaria ninguna explicación o presentación me dijo buen día, te estaba esperando.


II.

Mi monstruo punk y yo salimos a caminar por el barrio. Hasta ahora nunca lo habíamos hecho.
Subimos por la avenida sin apuro y llegamos a la gruta a tiempo para la puesta de sol. El problema comenzó con las primeras gotas. Cómo le explicás alguien que no conoce el agua lo que es la lluvia?


III.
Para hacer una buena cresta sólo necesitas una barra de jabón, preferentemente jabón neutro sin olor ni color ni nada. Sólo jabón.
Con tu pelo húmedo tomá la barra y frotala contra tu pelo hasta que se forme una pasta moldeable. Ahora usando los dedos de tu mano a modo de peine, comenzá a moldear la cresta desde la base del cuero cabelludo hasta las puntas. Cuando consigas la forma deseada secá la cresta con una secadora con aire tibio o preferentemente al sol.


IV.
No necesito ir hasta África para pintar un rinoceronte. Mi rinoceronte es casi tan bueno como cualquier rinoceronte real. El problema es la metáfora. Un rinoceronte no es igual a un gato y hablar de gatos (o felinos en general) ya es un problema en sí mismo.
Ahora que me acuerdo una vez escribí un poema de hipopótamos, pero esa es una historia triste y a mi monstruo punk no le gustan las historias tristes.


V.
Mi monstruo punk dice que no se dibujar, que mi trazo es casi tan malo como mis imitaciones de leonardo fabio. Después hace aviones con las hojas de mi cuaderno para que mis poemas “sirvan para algo”. Y se ríe. Nunca deja de reírse.


VI.
Ahora soy fanático de Bosques de Groenlandia. Una banda de córdoba que escuché hace poco. Una banda de guitarras y violines. Canciones hermosas y mucho vuelo. Justo cuando estaba quedándome sordo del aburrimiento. Dulce de ciruela para mí!


VII.
Mi monstruo punk no se detiene. Todo es nuevo para él, todo le llama la atención. Hasta ahora nunca lo he visto dormir y no estoy seguro de que alguna vez se canse. Me resulta imposible seguirle el ritmo. Sólo se queda quieto cuando en la tele pasan el chavo del ocho.
Es en esos momentos cuando aprovecho para escribir.


VIII.
“Los gemidos de un novillo podrían ser gritos humanos.
Cada vez más cerca viene el cuchillo espeluznante.
Esta hermosa criatura debe morir.
Esta hermosa criatura debe morir.
Una muerte sin razón.
Y la muerte sin razón es ASESINATO.
Y la carne que usted tan caprichosamente fríe
no es suculenta, sabrosa o buena.
Es muerte sin razón.
Y la muerte sin razón es ASESINATO.
Y el ternero que usted trincha con una sonrisa
es ASESINATO.
Y el pavo que usted rebana festivamente
es ASESINATO.
¿Usted sabe cómo mueren los animales?
Los aromas de la cocina no son muy agradables.
No es confortable, alegre o buena.
Es la sangre hirviente y el atroz hedor del asesinato
del ASESINATO.
No es "natural", "normal" o buena
la carne que usted fríe tan caprichosamente.
La carne en su boca
A medida que te regocijas del sabor
del ASESINATO.
No, no, no, ES ASESINATO
No, no, no, ES ASESINATO
OH , y quién oye cuando los animales lloran?”

(Meet is murder. Morrisey)



IX.
Mi monstruo punk no sabe lo que es el tiempo ni le interesa saberlo. Puede pasarse horas enteras siguiendo con la vista algún desfile de hormigas o quedarse sentado frente a un cubo de hielo esperando a que se derrita por completo.
Desde la ventana de mi taller lo observo. A veces se va saltando por sobre los techos de las casas vecinas y desaparece por un buen rato. Cuando vuelve siempre tiene historias nuevas para contarme.


X.
La última carta de amor la escribí a los nueve años. Creo que nunca más pude ser tan honesto. Qué es lo que me atrae de la niña anarquista? Que no les tiene miedo a los sapos. Eso definitivamente es lo que la hace tan irresistible. (Tan conmovedoramente irresistible).


XI.
fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away fuck the pain away


XII.
Mi monstruo punk y yo nunca vamos a ponernos de acuerdo. Cada vez que peleamos es un poco el fin del mundo. Yo digo que el mejor animal de todos es el ornitorrinco, él prefiere los tripodantes.
Entonces nos mandamos a lugares que quedan mucho más allá de todo. Y nos tiramos con lo que tenemos a mano buscando siempre provocar en el otro el mayor daño posible.
Algo así como una tormenta, de esas que sólo dejan un montón de escombros desparramados en el paisaje.


XIII.

Mi monstruo punk se levanta y va hasta donde tengo los discos. Después de una breve pero minuciosa recorrida visual endereza el cuello y se decide por marisa montes. Le digo que no me acordaba de ese disco, que ese disco jamás formó parte de mi colección, que alguien debe habérmelo prestado y que nunca lo devolví. Pero no me escucha. Se mueve como dentro de una de esas naves espaciales equipadas con sistemas antigravedad en las que uno puede flotar y dar vueltas por el aire sin tocar el suelo.
Hay canciones que son como esas naves espaciales equipadas con sistemas antigravedad
, que te hacen dar vueltas y girar por el aire sin tocar el suelo, pienso y me dejo llevar. Ahora los dos nos movemos dentro de una canción espacial.
Arriba y abajo dejan de tener sentido.





(Inédito)