martes, 31 de enero de 2012

Leo Alegre

http://tiempoyhuella.blogspot.com/


Cicatrices

Quién soltó la palabra maldita? Infectando el aire de una tormenta asesina, y mutilando así, el sueño
de los débiles. Cuál es el atajo siniestro que descubrieron los malditos, para llegar, de una sola
mordida, a rasgar el corazón? Cómo puede un puñado de palabras, arrojadas al azar tanto tiempo
atrás, habitar en el silencio, agazapadas en la grieta, hasta el día de hoy, y retornar en verso,
convertidas ya en este temido sangrado sublime? Como se salvará esta herida, si nunca ensayé la
lucha? Desandar los pasos lleva hacia adelante, y retomar el camino es provocación temeraria de
alterar un giro, y desafiar lo escrito. El poema queda en blanco, pero sus huellas se vuelven
cicatrices, cada vez mas profundas.


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Oh noche! ¡Oh refrescantes tinieblas!
¡Sois para mí señal de fiesta interior,
sois liberación de una angustia!
“El Crepúsculo de la noche”; C. Baudelaire



Cae el día, y muere. La caricia que salva llega crepuscular, engarzada en sonidos
noctámbulos y pasos lejanos. El viento golpea el cristal y deja suspendida en el aire
frío de la noche, una melodía ausente, de visiones lejanas. Rostros de doncellas
vienen a salvar las heridas de ayer, y se reanuda el baile. Danzas nuevas conjuran un
roce místico, mientras tenues amenazas se retiran, vencidas y resignadas, a llorar su
derrota incontestable. La fiesta es total de puertas hacia adentro, y se cuela por las
grietas la salvación que aniquila el tedio y recompone el aire. Sin cruces ajenas que
cargar, el cuerpo sosegado se entrega, se recuesta en el vacío, y acepta la comunión
que lo integra con todo lo demás. El descanso llega inevitable y contundente.
Despertarán los dioses mañana con ademanes relajados y un regalo nuevo que se
adelantará en el tiempo, mutilando las agujas del reloj, y salvará la jornada. Liberado
de miedos y tensiones, me lanzaré con pasos renovados, un día más, a la búsqueda de
los caminos inciertos.


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La Nada absoluta y divina

El ejercicio debe ser este...

deambular a través del silencio,
arrimarse a lo intangible y
penetrar sin piedad
el instante sagrado.

Detenerse entonces y
permanecer hundido en la ofrenda,
sensible hasta los huesos
a lo que brote de los sentidos.

La nada abosoluta y divina...
y un estallido en los ojos
y un llanto secreto
y un fuego que arde en las entrañas

En un instante que no admite piedad,
caen destrozadas las verdades siniestras,
y surge sublime la visión privilegiada,
el vacío insuperable de los caminos que se abren.

Se manifiesta virgen la belleza
y ofrece un regazo oculto al final de la cueva,
recostado en él vemos pasar la Idea,
como un reflejo preciso de lo que ansiamos atrapar.

Cae la mano y la sentencia,
sometidas las palabras después del juego
el instinto teje un designio fatal
exuberante por fín
en los contornos de un verso

que no hace falta escribir.



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Necesidad y abismo


“..but they might need
rain...”
C.Bukowski


Un reflejo omnipresente de mi
vive oculto en los espejos
que vosotros,
invertidos narcisos
esquivan, y pierden...

mientras les recuerdo
aquello que no
se animan a ver.

… no los necesito...

De claros y suaves amaneceres
huyo en busca de refugio,

aquellos momentos de endeble
felicidad de ustedes
son los peores fantasmas
para un espíritu sublime,
que conoce el reverso,
en la palma de la mano.

Desprecio lo seguro,
lo bello y lo insípido,
que es decir lo mismo...

.. y los condeno..

Sólo al borde del abismo,
enfurecido contra la tormenta
sobrevive lo absoluto,

el bautismo oscuro
que esconde la clave
de la sagrada eternidad.


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Un Verso Inacabado


Un cúmulo de palabras disgregadas, separadas unas de otras en la distancia y la indeferencia, y
abandonadas en la soledad inconmensurable de una frase a medio acabar, sobre un desierto inmenso
y blanco... Un verso inacabado. Palabras que mueren en silencio, en la añoranza de un misterio aún
sin revelar. El eco impreciso de un intento. Un aullido lejano e inuadible, perdido para siempre en
el desamparo infinito de lo desoído.

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