lunes, 4 de febrero de 2013

Adrián Yanzón

 
 
Reseña del Libro “Otras Puestas del Ocaso”
 
Un extremista en un descampado.
 
Adrián Yanzón nació el 20 de febrero de 1964. Formó parte de la banda de rock Los Pillos en los años 80, donde sus letras y su voz diseminaban oscuridad en el horizonte ecléctico y desaforado  del  grupo. Los  Pillos editaron  un único  disco  en  1987,  hoy  por  hoy  de  culto  e inexplicablemente aún sin su versión en CD. Después de la disolución del grupo Yanzón recorrió un largo camino en el cual, entre otras experiencias, se dedicó a aprender y tocar música celta y a escribir sin interrupción. Nunca dejó de incursionar en el rock.
 
Otras puestas del ocaso forma parte de una etapa de su vida, coincidente con los crípticos “noventas”, años en los que la escena del rock no ocupaba el mismo espacio que en la década anterior,  la  literatura  iniciaba  un  proceso  de  estancamiento  y  la  política  no  resultaba  un ámbito que invitase masivamente a comprometerse. En aquellos momentos de restauración conservadora, la poesía parece haber resultado para Yanzón un ámbito “protegido” lejos del mercado, el público y cualquier otro fantasma de la industria cultural burguesa.
 
Lejos de las históricas preferencias de la academia, los editores y la prensa especializada, la publicación de estos poemas -que son sólo una parte de su voluminosa e inédita obra- viene a cubrir una significativa brecha editorial, porque tanto la forma como el contenido de los textos resultan  poco  comunes,  y  porque  además  producen sensaciones  extremas  y  significativos “efectos de realidad” en el lector.
 
Autodidacta de formación, en sus textos se aprecian sus lecturas fragmentarias, sesgadas, recortadas  por  el  fuego  de  su  pasión  casi  jüngueriana,  y  por  su  desesperada  búsqueda personal   plagada   de   preguntas   y   certezas   dramáticas.   Cargado   de   “declaraciones   de principios” y portador de un individualismo extremo y provocador que coquetea con la misantropía, el trabajo parece por momentos una especie de “Manifiesto del Unabomber” en donde, de manera paradojal, aparece cierta ternura infantil.
 
La poesía de Yanzón posee un carácter polémico, puesto que en su estructura -filosóficamente romántica- priman la añoranza y la reivindicación de un supuesto pasado épico y bárbaro en dónde el instinto legislaba y se imponía por sobre la razón de los seres humanos. Anclado en el “desencanto del mundo” Yanzón escribe con fruición desde una posición de fuerte repulsa a todo lo que la modernidad y el capitalismo implican, con la violencia de un Sorel y con una marcada impronta vitalista de tipo nietszcheana.
 
En su trabajo con el lenguaje desecha prácticamente todo artificio y virtuosidad verbal en favor de expresar una exaltada y particular noción de justicia que se encuentra omnipresente en toda su obra. La angustia que le genera una época que rechaza y la sensación de agobio ante  las  relaciones  con  el  otro  contribuyen  a  cincelar  de  una  manera  artesanal  una  voz
inconfundible e inclasificable dentro del panorama de la poesía actual.
 
Otras puestas del ocaso no debe ser leído en una clave orientada a la búsqueda de cánones estilísticos y de belleza, su valor y ulterior trascendencia no residen allí, sino en la brutal y tenaz interpelación que nace de contemplar el estado de decadencia civilizatoria que Yanzón denuncia y en el esfuerzo y la tensión poética que se suscitan en el lector al tratar de asimilar sus enunciados.
 
Incómodo y por momentos consternado, pero nunca desatento a sus imágenes y sus frases- látigo uno se ve obligado a preguntarse: ¿Yanzón se desdobla al escribir?, ¿cuál es el límite entre un acto de habla natural y uno de simulación en su poesía?, ¿es su propia voz la que habla o está produciendo otra que no necesariamente la representa?, ¿dónde está el límite entre vida y obra?...
 
Más allá de esas cuestiones, la obra de este autor que quizás se piense a sí mismo como el poeta-legislador de una patria futura resulta más que recomendable, porque con su sobrevaloración de la religión y del mundo de lo irracional Yanzón mantiene, casi a la manera de un Kierkegaard, la tensión trágica en el tren en marcha del optimismo secular-progresista.
 
Las jóvenes generaciones rebeldes e insumisas, tienen ahora al alcance de la mano la oportunidad de acercarse a un trabajo que venía circulando de manera caótica y subterránea. Exhumados por nosotros, y reeditados por Milena Caserola, ven nuevamente la luz los textos de un poeta único y controversial que tributa en los márgenes.
 
Marcelo Summo*
 
* Marcelo Summo es sociólogo e historiador. Se desempeña como docente e investigador en varias casas de estudio. Fue colaborador en diversos medios alternativos y ejerció la crítica cultural. Ha publicado artículos en revistas académicas, capítulos de libros y dictado conferencias tanto en la Argentina como
en el extranjero.
 
 
 
 



 

Otras Puestas del Ocaso

 

1-

 

Odio la semilla roja del Liberalismo burgués

que quitó a los dioses de nuestra corriente vital,

caímos en la ignorancia de aquellos que nunca soñaron con el vino de viejos imperios, ni pintaron símbolos en el vientre de las cavernas.

 

2-

 

No conozco mi nombre, la música del apellido, ni el escudo de armas. Apenas respiré el aire de este mundo, fue un sonido similar al

llanto, una exclamación de despedida, porque la matrona, a pocas

horas, me colocó en brazos de los que serían mis padres putativos hasta hoy, mediando muerte,

ellos, los otros, fueron reales, biológicos, treinta seis años más tarde,

en labios de una vieja temerosa, como confesión culpable. Pero

no la acusé, comprendí, limpié el cristal donde me reflejaba, se inició mi verdadera rebelión contra

el universo y sus fundamentos grasientos.

 

3-

 

¿Puedo tomarte empujarte a huir

de la colonia de aves enfermas atraparte por los brazos

contra un árbol buscar tus labios y besarte

con un permiso tácito y recorrerte

en soledad

como la lengua lo hace con las palabras?

 

4-

 

Provengo de un sitio que mi memoria no recuerda, es desesperante,

pero puedo vivir este presente...

Armas intrínsecas... Nuestro nervio no soporta el canibalismo... Ahítos... Creo que los hombres nos

hemos tornado una plaga sin luces, mazas zombis... Investigo los símbolos tradicionales difundidos por

la entidad humana a través de las culturas míticas e históricas, los oleajes políticos, la propaganda mediática, la pop área, sin que esto sea sinónimo de adherir a militancia particular, como inquietud del

alma, siguiendo las huellas del sol invisible, polar, hiperbóreo.

 

5-

 

Acostó a sus hijos

me tomó de la mano me llevó a la cocina apagó cuidadosamente

los restos de la vida cotidiana

 

(vigilia)

 

me miró fijo en silencio

la boca entreabierta

 

(espasmo)

 

la besé con amorosa crueldad

 

(eréctil)

 

se entregó a la locura del tacto traición consciente

no importa nada más sólo importa la piel

 

(viaje)

 

intemperie ancestral

y la disolución fantástica de tomarla

después de años

 

(oscuridad)

 

justo ahí ahí

donde prepara los alimentos

de sus hijos.

 

Mañana el estío golpeará, pero no me hará daño.

 

6-

 

Mis hermanos son lobos mis confidentes

cuervos

la nieve mi piel

la brisa mi aliento el mar mi sangre el valor

mi moral.

 

7-

 

Apropiado de sueños los de mi hija

que ve a su abuela

poseída por un sesgo maligno transfigurada en herido gato negro siento compasión

tal vez

la gente del chivo quiera obsesionarme para estar al tanto

por si soy un falso cristiano refutado por Jesús…

 

8-

 

No tengo amigos

sí cercanías espirituales

(no conocidas

por persona alguna)

la foto de Guevara Lynch gigante en la Habana

el setentismo bestialidad armada derecha-izquierda mortuoria triple A

el sable corvo de la oficialidad argentina masones

teorías conspirativas

(tiradas a la corriente de la vida previsible)

la ley de la selva

la ley de los reptiles

se hunden absurdamente tétricas

como la liberación tradicional de los tibetanos

o los teósofos

o la revolución cultural de Mao o la necesidad de Gandhi

por controlar el sexo.

 

 

 

9-

 

No soy padre, no soy hijo, no soy blanco, no soy negro, no soy bonehead, no soy sharp, no soy

fascista, no soy socialista, no soy comunista, no soy democrático,

no soy capitalista, no soy heterosexual, no soy homosexual, no

soy bisexual, no soy ateo, no soy religioso, no soy pacífico, no soy violento, no soy hippie, no soy punk, no soy humano, no soy animal, no soy casado, no soy soltero, no soy divorciado, no

soy esclavo, no soy poeta, no soy

un trabajador, no soy tú, ni siquiera yo.

10- Llevan

el cadáver del gorila

sesenta kilómetros

carne putrefacta televisada sesenta kilómetros

el cadáver del gorila llevan…

sesenta kilómetros y

una masa de simios en primavera con palos y revólveres

se mata por un lugar frente al palco.

 

No hay comentarios: