Fragmentos de: infierno en Tokio
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después del naufragio celeste
en la proa del bote dado vuelta
allá voy ahí veo la valija con mi nombre
y hacia mi nombre por defecto voy
como los fieles a su fábrica
constato el estado de desastre
cabeza abajo cortando la amargura
el infierno es un compacto mar
no importe el modo he dado una vuelta de campana
la quilla del bote reluce en un instante sempiterno
el mástil me ha salvado de un aplastamiento seguro
ante el embate de las olas no debo envanecerme
hago el máximo esfuerzo por estar despierto
Tokio es mi nombre
mis articulaciones sin control giraron hoy alocadas
disparados campanarios nos aturden
muchachas repican en sus yunques
casas voladoras levitan en plazas de pueblos
vestidas de gimnastas del baloncesto
oh musculosas perdiendo agudos estribos
enlazan sus caballos con risas amazónicas
qué risa la risa que las riza
para vestirse de ángeles
estampitas plenas de gracia
no importe el reluciente modo
el infierno está hecho de llanto
las lágrimas ardientes
¿qué clase de juguetes son
a qué derivan?
en un canasto pasa de todo
en nuestro comprimido tiempo
en la compacta quietud
envueltos recordamos
recuerdos y fábulas
de vidas vividas
tan iguales tan distintas
uno es uno y es tantos
como números de serie
y fechas y partidas
mi mente funciona en varios planos
los días ocurren a velocidades desiguales
entre la voluntad que se pierde
y la felicidad que se obtiene
la tierra prometida enamorada
ya no distingo los elementos
en todo me disuelvo
en los ojos de las muñecas con un brazo fuera del canasto
también mis naves se han vuelto cielo
y ahora en tierra giro y me aventuro
montando los pegasos espectrales
un recuerdo del verano y otro y otro
la luz con tanto fulgor luce
que enceguece el oro
por la pasión atesorado
ahora viene la invasión de pensamientos
aquí estoy galvanizado en mi traje de astronauta
bajo un casco de buzo lleno de chubascos
y aguaceros de ondas electromagnéticas
estruendos con visiones de helicópteros
saltando sobre cada molécula el instante
en la calle enormes caracteres laten
desde las teclas de un xilofón
el fluir de los autos se atornilla en el más allá
soy amuleto del hombre sentado allí
mirando desastres artificiales y naturales
luego de la pelota pasa el niño
el niño es el padre del hombre
el niño que el hombre alguna vez fue
ahora es mi cuerpo un inánime revoltijo
en la nulidad opaca de un tiempo sólido
en fila los canastos forman una caravana exhausta por el éxodo
durante la mudanza sólo estamos ansiosos por desembarcar pronto
en un país carente de elementos sin tierra ni agua sin aire
en la compacta penumbra del canasto laten
inciertas sospechas conspirativas posibilidades
pero es sólo otra mudanza
otra suerte de control de calidad
peaje check-in lista de espera aduana de nuestra resistencia
nunca se sabe qué hay del otro lado
la dispersión de nuestros más frágiles deseos
tal vez eso haya, y a un lado y a otro nada
nací en China armado en Tokio
me largaron desde una gran madrépora
después me sacaron de una cáscara
para llevarme ante el perfecto prefecto
controlador de calidad
he cruzado los mares y saltado continentes
a este lado de la tierra todo parece más lento
espero ver un mundo hermoso y perfecto allá afuera
un mundo herido de amor y dolor
de pasión según me han dicho
bajo la luna que alcanzo a ver por las hendijas
el mimbre da leves quejidos, y en la espera
esa luz de afuera
luz de ningún lado
por ahora duele
[.....]
sirena majestuosa
hallaste esa cartera donde guardar alhajas y maquillaje
debo prevenirte que al cerrarla te llevará
a incógnitas alturas tal que un trasbordador
dame entonces tu mano muñeca
antes de incrustarte en el sol
no te rías no deberías burlarte
ya nadie creería en tu canto
camino y el mundo me invade
como a un extraño en tierra extraña
como si fuera yo el remolino
de la corriente de los día que he de vivir
que he de vivir el vacío estos intersticios horarios
estos aplazamientos de un momento a otro
embotellamientos de secuencias esqueletos de dinosaurios
pliegues y repliegues donde el tiempo es cobija
pero que esta luz me abraza
sea posiblemente tu dicha
yo y todas mis accesorias geografías
el ser que habito bajo la piel por última frontera
seré cálido para ti
te abrazaré con toda el alma restante
y el mundo porvenir
ya nunca hablaré en serio ¿qué verso le hago?
O bien ¿cómo lo haremos?
¿como palomas? ¿como pececitos?
¿como el señor de mameluco y la agente de tránsito
¿en la ambulancia con las sirenas encendidas?
¿como si dijeras cómo quisieras que fuese?
¿cómo es que no podemos hablar de aquello de eso y de esto otro?
¿como en las películas sobre músicos entre pianos derretidos?
¿como en las series de Action League?
¿como príncipes de reinos deshojados?
[.....]
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