Pródromo, exordio y variación.
En el caso de García Márquez, el prólogo es también un
cuento (en “Doce Cuentos Peregrinos”). La situación del Bicho Antenudo es bien
distinta. No sabe escribir prefacios y los cuentos, que dice escribir, ni
siquiera son tales. No es matemático, astrónomo ni filósofo y sin embargo no
tiene reparos al acometer temas científicos que desconoce de principio a fin.
Tiene dos antenas, hermosas por cierto, y una trompa de 90 centímetros que
lo diferencian de cualquier otro escritor. Antes, era un bicho normal. Pero un
día, como cuenta en la página 218, se transformó en un bicho antenudo. Por
suerte, lleva sus antenas con orgullo. Renunció a un alto cargo en el
prestigiosísimo “Teatro El Chillón” y se puso al servicio de una misteriosa
asociación que lo conmina a prosificar según necesidades específicas.
Igualmente, siempre que puede, se muestra a favor de los cuises y de la música
nacional argentina y latinoamericana (que desconoce por completo pero sabe que
le gustaría). Tiene sólo dos dimensiones, para facilitarle el trabajo a los
retratistas y hacerle la vida imposible a los escultores. Sin más que decir,
los dejo con éste mamotreto que espero puedan digerir.
x La Hermana Antenuda
Nunca dejen un prólogo en las garras de un familiar,
escríbanlo ustedes mismos. Aprendan de mi desgracia. Si lo hubiera escrito yo…
¡Qué bien habría hablado de mí mismo!
x El Bicho Antenudo
El parrillero sabio.
"Este baño está
clausurado desde la 2da. Fundación de Buenos Aires"
(de un cartel de un baño…
al que siempre me acerco esperanzado).
Tres señoritas inglesas, discutieron fuertemente bajo la sombra que proyecta la estatua del
Resero (en Mataderos). La disputa, cuentan las viejas, fue por cuestiones de
honor. Sin embargo, fuentes oficiales dicen que, luego de haber comprado tres
sanguches de chorizo y un vacipán (éste último a ser dividido), comenzaron a
darse terribles carterazos, hijos de la angurria y del conocimiento del ensayo
de Isaac Asimov acerca de la imposibilidad de cortar una tiza en tres partes
iguales. También conocían el cuento “Tres portugueses bajo un paraguas, sin
contar el muerto” (de Rodolfo Walsh). Pero este cuento no influyó, porque la
cosa venía por sanguches de vacío mal liquidados y no por razones difíciles de desentrañar.
Aparte, hay un vacío legal que todos conocemos.
El origen del
escándalo quizá sea un misterio, no así su resolución. Un parrillero galante, y
con buena mercadería, les ofertó tres sanguches de entraña al precio de uno.
Ellas, aprovecharon la ocasión (de H. Baldi) y pagaron el entrañipán, que se
triplicaría, para salvar una amistad que las mantenía unidas desde que
compraron un departamento de 4 ambientes en Caballito, hace más de 30 años.
Hoy hice lo mismo
que hago cada fin de año. Puse el despertador a las 05:00 hs. y me acosté a las
21:00 hs. Cuando sonó la alarma, en ese silencio tremendo de un primero de
enero, me levanté y fui a buscar mi bomba de estruendo. La encendí con dos
dedos, no por darme dique sino porque son los únicos que me quedan después de
tantos accidentes con pirotecnia, y la arrojé (ésta vez con más suerte) en un
zaguán con muy buena acústica. El barrio, pobre, se desperezó al borde del
infarto por mi ocurrencia y yo, con la satisfacción del deber cumplido, me tiré
otra vez a la catrera.
Basura Extraña
Junté mis mejores
poesías, les bailé un malambo y las tiré al tacho. Pasé, al rato, y ya no
estaban; Aparte había basura ajena. Bueno, apagué la luz y me fui a dormir.
Acostado y en tinieblas (de las que abundan en mi vida) entré en pánico. Eran
las 3 de la mañana, mi casa estaba perfectamente cerrada y yo me encontraba
solo como siempre. Eso sí, en mi techo había una basura extraña. Y en mi tacho
también.
Antes, cuando no
era un Bicho Antenudo, yo era muy inteligentudo. Mi berretín consistía en
escribir sólo cosas trascendentales. Por eso, esperé 30 años (a contar desde
los 52, cuando se logra cierta estructura mental) para hacer mis primeros
pininos. Pude escribir unos miserables renglones inconexos, que aquí mostraré:
Hablaba un inglés
muy extraño, con el acento propio de su Córdoba natal.
El silencio
absoluto no existe, ni siquiera en condiciones de laboratorio.
Había cumplido los
15 y un revolver fue su último regalo.
Sus neuronas habían
entregado todo, ya nada podía pedirles.
Era un gran
estratega, pero ese día lo acorralaron. Nunca se supo por qué.
Cada vez que salía
olvidaba su nombre, su patria y su grafía.
Perdió el hambre
por esperarla, por suerte ya no la espera.
Una idea le
carcomía el cerebro; El forense encontró un bicho taladro.
Cuando podamos
comparar el ayer con el mañana, se va a armar un tole-tole que dejará pipones a
los noticieros.
Posdata: Si alguien
pudo unir algo o encontrar un chispazo de literatura, me avisa y me
explica.
“-Pisculicho, se la pasa a Fornica que está solo en el área.
Fornica solo… Fornica solo… Goool.”
(del libro “La Guardia
Imperial Hincha sin cesar”, de César Albino Encaj)
-Ese tango, inició la fisura que aprovecharían los
compositores modernos para un quiebre posterior. La letra era mala, la música
verdaderamente asquerosa y de una simplicidad ultrajante, y el título… no tenía
gancho. ¡Si parecía escrito por un chancho, mire!
-Pero… ¿Cómo puede ser que semejante porquería haya iniciado
una escuela?
-Es que lo importante de esta magnífica obra, fue el mensaje que supo transmitir.
-Es que lo importante de esta magnífica obra, fue el mensaje que supo transmitir.
-Ah, usted dice que de una manera críptica y quizá no tan
elegante, daba a entender profundos razonamientos filosóficos ¿no?
-No, es que antes de cantarse el tango propiamente dicho se
recitaban unos fragmentos de “Herencia pa’ un Hijo Gaucho”. Y esto, ayudó al
crecimiento intelectual de los parroquianos milongueros.
-Pero, entonces el mérito corresponde a Don José Larralde.
Es algo externo al tango. Acá, le están afanando los derechos de…
-¡Callesé, no levante la perdiz que hay mucha guita pa’ repartir!
-Ummm… Creo que empiezo a comprender el valor de este tango.
¿Cambio no tiene? Porque necesito monedas para el bondi.
El vicedibujante Nudo
-Soy el segundo mejor dibujante de Bichos Antenudos de todo
el mundo.
-¿Y el primero quién es?
-Yo, también. Pero prefiero presentarme así, de una manera más humilde.
-Yo, también. Pero prefiero presentarme así, de una manera más humilde.
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