miércoles, 9 de enero de 2013

Hernan Tenorio

Extractos de: "Fantasmas".

I

Jauría de palabras desatadas:
el lado oscuro del vocablo fantasma.
 La “f” es un rasgo único;
el horror es vértigo.
¡Qué continuo el decir FANTASMA!
 La “f” es un rasgo único…
Entonces, corro peligro frente a una jauría desatada:
el lado oscuro del vocablo fantasma.


****

III

Cubre el manto
la pedrería-lengua,
la casa sola,
el lugar-no.

La mano que sacude el fraseo
insiste con los mismos acordes:
uno detrás del otro,
todos unidos por el silencio.

Y hacia mí,
un grupo de perros:
obstinados, indeterminados, reproducidos.

El lado oscuro del vocablo fantasma.
¿Cómo se dice esto?
¿Cómo se dice aquello?

Cubre el manto
la pedrería-lengua,
 la casa sola,
el lugar-no.


****


VII

Perenne ensueño,
la gaviota acalambrada,
 en pleno vuelo,
se atraganta con el agua.

Difícilmente,
los sonidos transmiten la emisión
del cuerpo entumecido ante el vocablo ausente.

Otra vez el -orror,
la no-grafía,
el lado oscuro de la voz callada.

Sempiterna en la garganta,
la gárgara muda
se enfrenta, acabada, a la existencia.


****


VIII

Imperecedera corrupción de lo humano
es el lado oscuro del vocablo fantasma.
La hendija que filtra el pensamiento-nombre,
la cara encubierta de un yo-sombra.

En la parcialidad corrupta
se teje la herejía fascinada,
el signo-mácula de toda ausencia;
pretérito-presente-futuro, todos los actos de habla.

Origen, siempre, caducidad mortuoria.
 El pleno y reticente sentido
cae concreto en un vacío
y despliega las alas enlutadas de la memoria,
sin saber nunca dónde se encuentra la verdadera instancia,
el lado oscuro de la palabra.

Repetida formula que oculta el verdadero sentido.

Es entonces que todos se preguntan:
¿Cómo se dice esto?
¿Cómo se dice aquello?
¿Qué significa, qué oculta?

Oculta la muerte y todos lo saben,
el devenir injusto,
la voz-sangre,
el lugar oscuro de la existencia.



****

XVI

Los días se aproximan al extremo,
 punto consciente,
identidad indefinida.

Te queda quieto el color del pliegue,
 su redundancia se aproxima;
y enjuto al viento,
los pasos se armonizan.

Red de asfixia;
tus juegos mentales,
suspendidos en las altas córneas de un sentido figurado.

Te queda alegre esa sonrisa dibujada,
su repetida instancia próxima,
que silabeando a tientas,
descubre cómo infringe todas las ceremonias.

Camino a la decadencia,
es el teatro mismo,
el día a día en el desierto.


****

XXII

Corruptela del lenguaje
en la lengua sucia
la vejez indescifrable.

−Hábleme como un humano
 toque el filo acústico
la abertura de la “a” en la cueva oscura.

Corruptela-acción
la vieja mirada sobre el mundo nuevo
 se desvanece en los ojos mudos.

−Su cuerpo no habla
es imprecisa su dicción
¿aún discute el cálculo el poder el miedo?

Corruptela hasta lo más hondo
la turbación que transmiten
los sonidos negros.

−Me han tachado
siempre
de idealismos embebido.

Apetito abajo,
putrefacción arriba,
el lado oscuro del vocablo fantasma.


****

XXVII

El espacio en blanco
se apodera de la clasificación;
 el tenue e insipiente cometido,
 lo no-dicho
y lo entregado:


−caridad para los pobres,
 los de abajo.

Les arrojan un vocablo
como un hueso un hueco un fuego un juego.

Y aquellos,
 muerden la palabra
sin sabor
sin sentido.

El lado oscuro,
la nocturnidad de la frase empobrecida
y los perros los persiguen para despedazarlos.





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