lunes, 22 de febrero de 2010
Christian J. Kanahuaty - Cochabamba - Bolivia
contacto con el autor: Christianjk782@gmail.com
LOS CHICOS
Para Wilmer Urrelo Zárate
1.
Demetrio está vestido de plomo. Con zapatillas blancas y el cabello largo hasta los hombros, sin acné en la cara nos da su mejor sonrisa luego de años de ortodoncia. Tiene la piel blanca y no tiene vellos, calza cuarenta y dos. El reloj pulsera lo tiene sujeto a la muñeca izquierda. Todas las mañanas desde que tiene seis años estornuda muchas veces a causa de la alergia que le tiene al polen. Es el único hijo de un matrimonio que ya no existe más.
2.
Ángel mide un metro setenta, ojos cafés oscuros; cabello castaño lacio, cortado emulando el estilo de los jóvenes Beatles; tez trigueña. No usa anillos ni reloj pulsera. No se pone shorts porque no le gusta la forma que tienen sus piernas. Su voz es áspera, como si hubiera fumado grandes cantidades de cigarrillos en su niñez. Su piel tarda en cicatrizar más de lo normal y cada verano sufre grandes hemorragias nasales que combate comiendo mandarinas y tapándose las fosas nasales con perejil. Hace tres meses ha dejado de ser vegetariano.
3.
Ángel y Demetrio se conocen desde hace muchos años. Siendo sus madres amigas hubiera sido imposible que ellos no llegaran a ser amigos. Han discutido sobre mujeres, sobre ciertas canciones que uno cree que son fundamentales para entender su generación, mientras que el otro sólo les atribuye valor por su sonido. Discutieron sin llegar a nada concreto sobre deportes extremos, y para uno de ellos el arte jamás podrá explicar la vida y por eso prefiere prestar atención a las cosas que piensa que son más reales. El otro, como está empezando a escribir poesía y desde hace cuatro meses que pinta paisajes rurales con acuarela, prefiere quedarse callado. Así, poco a poco emergen los comentarios sobre las películas que vieron la semana pasada, luego pasan revista minuciosa a las anécdotas de las vacaciones de invierno. Esos momentos hacen que el tiempo pase volando, así pueden ser ellos mismos, sin pretender nada más que un buen momento que justifique el día.
4.
Cuando cumplen quince años, a uno de ellos le regalan un ramo de flores. Al otro un juego de rompecabezas de mil piezas que representa la catedral de Notre Dame de París. A ninguno le gusta demasiado el regalo recibido. Sólo dan las gracias con una sonrisa que, si se piensa bien, no quiere decir nada.
5.
Uno de ellos tiene pesadillas, pero siempre despierta antes de mojarse por completo. El otro, a veces se encierra en su habitación y repasa las canciones pop que transcribió aquel verano en el que estuvo solo.
6.
Ángel, al igual que Demetrio empieza a pensar en su futuro y en la carrera que debe estudiar. Desea ser ingeniero, pero detesta las matemáticas y sabe que sólo con esfuerzo no puede llegar muy lejos. Conoce que Demetrio ha manifestado en más de tres oportunidades su deseo de ser médico. Pero sabe que tampoco su amigo tiene mucha idea sobre el tipo de médico que quiere llegar a ser.
7.
Así que un martes parecido al anterior, Demetrio le dice a su amigo que se marchará; que irá a estudiar al extranjero. Al decir esas palabras, Demetrio se cuida más de lo aceptable para no mencionar el país o el nombre de la ciudad donde irá a parar con sus huesos. Ángel, a decir verdad, no se sorprende mucho, pero reconoce que no entiende nada. Prefiere cambiar de tema y preguntarle a quién dejará su colección de películas, pues desea que Demetrio se las entregue cuanto antes. Tras algunas preguntas y un razonable puñado de dudas, Demetrio decide dárselas dos días antes de su alejamiento. Ángel se despide deseándole suerte. Secretamente piensa que él ha salido ganando.
8.
Ángel se acuesta con Romina, se enamora de Mariana y seduce a Pamela. Juan lo odia y es el mejor amigo de Consuelo que tiene ocho años menos que él y es la hija de Sonia, su vecina del 1A. Se sienta junto a Raquel y siempre, viéndole la nuca está Rodrigo que quiere demostrarles a todos que ese tal Ángel no es la mosca muerta que aparenta ser.
9.
Demetrio sólo tiene a Laura. Se conocieron en los cursos preuniversitarios y se gustaron de inmediato. Cuestiones químicas, podría pensarse, pero puede que hubiera algo más de sofisticación en aquel encuentro. La quiere y ella lo respeta y pasa por su departamento tres o cuatro veces por semana para prepararle la cena. A Demetrio no le interesa ser parte del cuerpo de Laura y ella empieza a desconfiar, quizás esa tal Andrea sea la causa de todo; Laura ha encontrado mensajes de texto de ella almacenados en la memoria del celular de Demetrio y aunque no dicen más que generalidades, podría ser que en realidad oculten algo muy sucio.
10.
Ángel ha empezado a trabajar en una firma de arquitectos de relativo prestigio y es el responsable de tres proyectos. Uno de ellos que es financiado por la cooperación japonesa no es precisamente el que le quita el sueño, sino el otro; el que debe entregar en cuatro meses y que es supervisado desde el mismo Ministerio de Obras Públicas y Previsión Social. Además, por esos días, se ha mudado al departamento de Nadia. Vivirán juntos. Se conocieron, hablaron, rieron, se enamoraron.
11.
Cuentas por pagar. Libros que deben ser devorados antes de lo previsto y maquetas que nunca resisten las pruebas de calidad. Cheques que van rebotando y cirugías que se ven detrás del cristal, para descubrir que las náuseas son más fuertes que antes. Meses y meses sin saber qué hacer, hasta que uno de ellos empaca todo y dice adiós. La vecina del 1A le recomienda para un trabajo en una clínica que también tiene un pabellón dedicado a la belleza facial y al rejuvenecimiento corporal. El dinero ahorrado ahora es necesario para alquilar en un centro comercial dos tiendas unidas por una pared falsa donde instalará una distribuidora de materiales de decoración: Un año después, ambos se han acostumbrado a sus nuevas y delicadas funciones.
13.
Demetrio aún recuerda los sueños de Ángel. Pasea los fines de semana por barrios que se parecen en algo a su anterior hogar.
14.
Demetrio ha descubierto que no desea estar con mujeres. Las últimas relaciones que ha tenido no le han hecho ningún bien. A veces piensa en castrarse pues cree que suprimiendo ese órgano suprimirá el deseo.
15.
En el lugar donde Demetrio trabaja, las intervenciones avanzan y se revolucionan sin que él se de cuenta. Los implantes de senos ya son normales, las liposucciones son cosa de rutina. Los liftings llevan sólo unos minutos. Y como les va cada vez mejor han llegado a pensar en los pasos siguientes.
16.
El centro comercial, a causa del crecimiento de la ciudad, ha ido quedando más y más al centro de todo y en el justo medio de ese universo está la distribuidora de Ángel, que se ha convertido en la agencia principal, porque ahora el negocio posee tres sucursales. Una a cargo de Mónica, la hermana de Nadia, la otra está a cargo de Nadia y la última, que se fundó tan sólo hace ocho semanas, está regentada por Consuelo, la hija de la vecina del 1A que ya tiene edad suficiente para querer hacerse responsable.
17.
Demetrio está leyendo revistas médicas. No tiene título pero ha ingresado a quirófano como enfermero ayudante y ha soportado con éxito la visión que le ha producido la implantación de senos. Es también el encargado de hacer el seguimiento a tres hombres que, en base a una exhaustiva fórmula, están desarrollando glándulas mamarias, cambios en el timbre de su voz y diferentes secreciones en la orina.
18.
No sé explicar cómo es que el informe médico que está leyendo puede ser tan hechizante. Ciertamente le han realizado varias pruebas pero él cree que aún debe existir algo que no está tomándose en cuenta en su caso. Nadia lo mira y no sabe qué pensar cuando lee sobre su hombro la palabra: “disfunción” seguida de un paréntesis que contiene las palabras: “Esterilidad crónica”.
19.
Un sueño largo es interrumpido por una secuencia de imágenes aterradoras. Demetrio despierta envuelto en sudor ácido, ha tenido una pesadilla.
20.
A pesar del tiempo que llevan juntos las noticias no son alentadoras ni fáciles de sobrellevar; más aún cuando el deseo de una familia es más fuerte que la capacidad que se tiene para entender lo que no se quiere comprender. Ángel deja que Nadia se vaya, pero no le pide otra cosa que la firma de un nuevo contrato. Ella lo lee con los ojos mojados y rojos, lo besa por última vez. Ángel le acaba de regalar la sucursal.
21.
Federico, luego Sergio, después Fabricio y ahora, Martín. Todos ellos han entrado en la vida de Demetrio y lo han hecho feliz. No lo han complicado como otras y le han enseñado el reverso de la pasión, del amor y de la piel.
22.
Vendió casi todo. Regaló lo que sobró. Compró un boleto y sin despedirse de nadie más que de la vecina del 1A, Ángel se fue de la ciudad.
23.
El médico le explica el procedimiento. En realidad, él ya sabe cómo y en qué tiempo tendrá resultados; pero aún así debe escuchar lo que vendrá por otros labios; de los labios del que hasta ayer fue su jefe. Saben que su relación desde ese momento ya será otra, pero eso no les impide guardar esperanzas sobre un futuro de nuevas complicidades.
24.
Ha tenido suerte. Muchas personas le han dado referencias adecuadas sobre su amigo y como ya tiene algún dinero ahorrado puede disponer de su tiempo con facilidad. Lo buscará y le contará todas esas sensaciones que lleva guardadas en la garganta.
25.
Las hormonas han funcionado. Sus ojos, a pesar de tener el color de siempre poseen un brillo jamás expresado. Las depilaciones han sido lo de menos. El quirófano ha sido preparado. Antes de ingresar concientemente se despide de sus antiguos colegas con la voz que tuvo y para jugar un poco y romper la tensión se despide de las administradoras con la voz que tendrá.
26.
Seis horas. Juegos plásticos. Un cuerpo en un quirófano como éstos es un cúmulo de plastilina. Implantes adecuados, pigmentos precisos: Aquí se está trabajando el futuro. El cuerpo de antes era sólo una ilusión. El verdadero ser emergerá de entre las gasas. Será bautizada de nuevo. Ella también tendrá una oportunidad.
27.
Una tarde de finales de otoño, Ángel la ve en una cafetería frente a un parque, se acerca a ella, y ella le sonríe. Hablan, caminan y entran a la sala de un cine para entretenerse viendo una película cuyo título no les importó conocer. Cuando salen ya están más que juntos. Como si desde siempre se conocieran. Quedan para verse la mañana siguiente y se despiden con un beso. Ángel, un poco nervioso le pregunta su nombre, ella se acerca a él para que sienta un poco más su perfume y le responde: “Paola”. “Me llamo Paola, Ángel”, se besan de nuevo y ríen al separarse. Al caminar, Ángel ha decidido estar con ella y olvidar todo lo demás. Ella dentro del taxi que acaba de tomar de la esquina, prefiere no pensar. Se muerde un poco el labio inferior, juega con sus pulseras de plata y ve cómo la noche hace encender los escaparates de colores.
HIJA
Extracto de: "Museo"
La madre vio a su hija acercarse y recordó que le tenía que hablar de algo que había estado postergando durante semanas. Su hija tiene quince años y goza de buena salud, es bonita y su cuerpo está empezando a adquirir la forma adecuada. La madre empieza por un rodeo, le comenta que la leche ya no cuesta dos veinte como antes y que el tomate y la carne están subiendo cada día y que hay poca papa en el mercado. Eso a su hija no le importa mucho y en muchos sentidos no entiende por qué su madre le está diciendo todo eso, si ella ya lo sabe. Su madre le explica que su trabajo no es difícil, que consiste en hacer felices a los hombres y siempre estar dispuesta a escucharlos, ya que ellos pagan por ser escuchados; incluso pagan para sentirse queridos por unos minutos. Ahora su hija no entiende nada. Ella siempre creyó que su madre regentaba un hostal, pero ahora empieza a entender que esa no es realmente su tarea en dicho lugar. Su labor es otra, y su hija acaba de imaginarla a través de los pliegues que se forman en los párpados de su madre que empieza a contener las lágrimas que quieren salir. Le dice que se tiene que depilar, que tiene que pintarse los labios y que debe hacer algo con su cabello, no puede tenerlo suelto y enmarañado todo el tiempo. Le cuenta que ha quedado con el dueño del lugar. Que su ingreso será el próximo viernes, un primer viernes como debe ser, y que hasta entonces ella se encargará de enseñarle todo lo que los años y los hombres le han inculcado en su cuerpo y en su memoria. Una vez más le repite que el oficio no es difícil, que al principio duele, pero que luego de los días es como un simple ardor. Le dice que la clave es no dejarse besar ni tocar mucho por ellos y menos aún debe de involucrarse en los problemas que ellos le cuentan. Dice que puede pensar en otras cosas mientras ellos hacen lo suyo, que así será más fácil. Su hija entiende todo y por primera vez en su vida, escucha a su madre con atención y cierto respeto. Se da cuenta que su madre no es ni remotamente la más bonita del lugar pero comprende que sólo ella puede enseñarle todo lo necesario para sobrevivir en ese lugar. Se queda quieta y espera a que su madre se levante para que así ella pueda hacer otra cosa. Su madre sólo alcanza a darle un abrazo y ella siente en el cabello de su madre el aroma de todas las horas consumidas dentro de esas camas añejas, curtidas y sonámbulas.
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1 comentario:
Permitamé señor vertir alabanzas sobre sus escritos con la relevancia que merecen.
Quiero expresar mis agradecimientos más sinceros por sus escritos, colmados de sentimiento compartido por el más común de los mortales.
Espero sepa disculpar mi intromisión en el afán de divulgar su obra, y aumentar así la cuantía de sus seguidores, publicando alguna de sus obras en el siguiente sitio.
www.relatosparatodos.com
Otros autores como Demian Mazur o Andrés Bovin forman ya parte destacada de la comunidad.
Reciba mi más sincera enhorabuena por su trabajo.
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