Alternando, deviniendo, intercambiando entre el zigzag emocional que dibuja un
horizonte prometedor casi tanto como un trágico final, desde donde los pobres y
los ricos se descosen a los bajo un mismo grito
de dolor, tanta hipócrita suposición que dibuja el final, no nos da más fe que la de saber por fin que
nos encontraremos perturbados, separados
evidentemente de nuestra propia experiencia placentera o tan hundidos en
ella que no podemos ver lo que nos rodea por más que extendamos la cabeza por
fuera del hoyo, como un respiro cósmico que se extiende día a día entre los
ojos de las convictas personalidades que
nos mendigan un poco de nuestra satisfacción
inevitablemente costosa , en mucho de los casos nosotros somos también
un mendigo mas.
Entre tanto y tanto la política vivencial se
desdibuja en miradas y posibilidades,
juegos y conspiraciones, poderes y luchas alternando entre la propiedad ajena y la de aquellos que
con tanto desinterés parecemos formar la vasta región que estos bajo la tutela
de algún símbolo sistemáticamente nos alimentan de esperanzas, presos y
encadenados, nacionalizados y bautizados
somos mercenarios, esclavos entrenados para luchar y servir, en nombre
de un símbolo inmaterial que responde todas nuestras preguntas materiales.
Descomponemos la racionalidad de las cosas a
través del análisis crítico y fortuito del lenguaje que nos sirven en bandeja
mediante el alimento informativo de cada día. Papeles que afianzan nuestra
inmolación natural, dibujan el horizonte de nuestras expectativas, de un lado o
del otro ni si quiera se puede considerar algo fuera de nuestro enemigo común,
otra pata del mismo poder que vigila a
nuestras espaldas, expectante a nuestro error.
Ya estuvimos fuimos y volvimos a caer
indeteniblemente en el mismo espiral, un túnel temporal dimensional y
exploratorio que recorre nuestra inevitable secuencia, vivir es más o menos un
juego ciberpunk, la cosa esta en que nos vamos moviendo siempre moviendo, hacia
alguno de esos lugares, entre medio de uno de esos personajes, saltando por
sobre alguna barrera que se dibuja entre nuestros horizontes y hundiéndonos
hasta el fondo en cada oasis de satisfacción.
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