miércoles, 12 de febrero de 2014

Rolando Baez -. Bahía Blanca



1

La luz fatigosa
magnética de tanto brillar 
de soslayo
pudre
mi boina gris que amarra
silenciosa
el recuerdo de mi pueblo

Preso en andares
se me revela

un barro violento
un barrio de espanto
un tono funesto. El secuestro
de un silencio zumbante

2

Sur
se desdobla
pienso, sur,
en la tempestad y
pienso, en el rumor
de las espigas al sol

pienso, sur,
prohibido sur
en racimos, sur,
de unas manos que extrañan
la lluvia del vino, y
la flor del río

3

Ausencia y sol
la hojarasca llena con el viento
lo que digo con un sonido gris
como un cascabel ebrio

y como intentar llenar mi tumba, así,
se vuelve el reto
de
            desanudar
de
            desnudar, así
y todo así
con mis manos llenas de palabras
que se me escapan
y como el barro escurridizo de tu sonrisa
así, intento salir, de esa
brujería
atando mi cuerpo ya oculto
a ese poste escandaloso
que hoguera llamaban en el siglo XVI

4

Las fibras de este texto
se disparan incandescentes al hielo
mortecino del papel

ensayo picotear
con las manos aquello detrás
de la palabra mano

y emerjo oceánico
con tinta en mis venas,
con la certeza del artificio

ahora nada es inicio
solamente un soplo casi mudo

en el andar eterno de la palabra 

6

Lo extraverbal
(aquello que suele darse por obvio)
es la conjetura
que el oficio poético
transforma en posibilidad.